Situadas en el estado de Kordofán del Sur, en el sur de Sudán, las montañas Nuba ocupan una superficie de unos 48 mil kilómetros cuadrados. El clima es árido pero relativamente exuberante en comparación con las zonas circundantes. Aquí se construyó en 2007 el Hospital Católico Madre de Misericordia. Lo dirige el Dr. Tom Catena, un cirujano estadounidense ahora conocido localmente como Dr. Tom que, al ser el único cirujano residente, atienda a más de un millón de personas.
Desde hace catorce meses, el hospital siente los efectos devastadores de la guerra y trata de llevar ayuda y esperanza a las víctimas que han venido aquí en busca de refugio. El hospital acoge a refugiados de Jartum, Darfur y otras partes de Sudán, donde la gente huye de la guerra y de condiciones cercanas a la inanición.
"Mucha gente viene al hospital en busca de comida y trabajo", declaró el Dr. Catena a la edición estadounidense de Aleteia. "Hay unos 700 mil desplazados en las montañas Nuba y viven en campamentos bastante grandes", añadió. Además, mencionó que un campamento cercano para desplazados ha duplicado su tamaño en solo dos meses.
"Hemos observado un fuerte aumento de los casos de desnutrición. Hace unas semanas teníamos 30 niños en nuestra unidad de nutrición, mientras que normalmente tenemos unos seis", continúa.
"Muchos adultos sufren desnutrición. En las montañas Nuba hay zonas de inseguridad alimentaria de nivel cinco, el peor nivel: la gente se muere de hambre. Y en cuanto al Gran Sudán, probablemente estemos mejor en la mayoría de los lugares porque no hay muchos combates activos en nuestra región."
Mil 500 operaciones al año
Desde hace trece años, el Dr. Tom trabaja sin descanso en el hospital, que cuenta con casi 480 camas y una plantilla de 230 personas. Cada año, él y su equipo realizan más de mil 500 operaciones.
En tiempos de guerra, muchos pacientes reciben tratamiento por heridas causadas por bombardeos, minas terrestres o desnutrición. El 30% de sus pacientes son niños de cinco años o menos. En la actualidad, el hospital solo cuenta con un quirófano improvisado y el Dr. Tom se ve obligado a recurrir a prácticas de hace décadas para tratar a los pacientes y salvar vidas, operando en espacios abarrotados y con equipos anticuados. En conflictos anteriores, el Dr. Tom ha visto llegar a 100 heridos al mismo tiempo.
Hay muchas historias de personas que huyen del conflicto actual. Está la historia de la mujer que trabajaba como limpiadora en un hospital de Jartum y cuya hija fue violada delante de sus ojos. También está la historia de la familia que huyó de Darfur por el monte y cuyos hijos enfermaron por el camino. Oyeron hablar de la Madre de la Misericordia en las montañas Nuba, pero cuando llegaron allí, uno de los niños ya había muerto. Tantas historias dolorosas, tantos viajes caóticos que el Dr. Tom y su equipo acogen sin vacilar, en condiciones precarias pero con total disponibilidad. El tipo de disponibilidad que uno necesita para volver a ponerse en pie, reconstruir su vida. Y para seguir adelante.