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Muchos de los pasos que recorren las calles de Sevilla en las procesiones de Semana Santa esconden un cirio. Entre los muchos que iluminan las imágenes religiosas, hay uno dedicado especialmente a agradecer y celebrar las donaciones de órganos.
En el año 2008, a un artista se le ocurrió darle las gracias a través de un cirio al donante que salvó la vida de su mujer, desde entonces muchos se han ido uniendo.
En la Semana Santa de este año 2024 ascienden a 45 las hermandades que están compartiendo esta iniciativa en Sevilla. Y también se ha extendido a Málaga, Jerez, San Fernando, Rota y Cádiz.
Según el arzobispado de Sevilla, "las luces de esos cirios son un homenaje a familias generosas que, en momentos trágicos, supieron transformar sus lágrimas en vida, y su dolor en esperanza, para enfermos terminales que necesitaban recibir el trasplante de un órgano para seguir viviendo".
Quienes se fueron al Cielo regalando vida deben estar en un lugar de privilegio, junto a la Virgen”, añade
Donantes y receptores unidos
Personas que han recibido órganos y donantes y familiares, así como personal sanitario, se encontraron el pasado 21 de marzo en el Santuario de los Gitanos de Sevilla para celebrar la "Fundición del cirio de los donantes de órganos".
Se trata de un ya tradicional acto, solemne y emotivo, en el que personas implicadas en las donaciones de órganos encienden el cirio con el mensaje "Lágrimas de vida".
Lo hacen en el paso de la Virgen de las Angustias, patrona de los Donantes de Órganos de Sevilla desde el año 2011.
La celebración incluyó el canto de saetas y distintos discursos. En ellos se destacó que la falta de información mantenía "una mentalidad reacia a donar órganos y hemos ido cambiando".
Se agradeció la generosidad de todos los donantes y se animó a donar con generosidad, por ejemplo, células madre para permitir trasplantes de médula ósea, y también los órganos al morir: "No te lleves al Cielo lo que necesitamos aquí", se dijo.
"Conocer a otros donantes, a trasplantados,… me está ayudando en mi duelo -dijo la hija de un donante fallecido el pasado 31 de enero-. Donar es dar vida, hay que donar porque otras personas necesitan".
Cada año, estas personas se reúnen también "como una gran familia" para celebrar una Misa de acción de gracias por las donaciones de órganos.