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Cultura Pet Friendly y los perrhijos: una situación actual

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Karen Hutch - publicado el 08/12/23
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Seguramente has escuchado de restaurantes, centros comerciales u hoteles que son "Pet Friendly", incluso de personas que dicen tener "perrhijos" pero ¿a dónde va todo eso?

En una cultura donde se busca ser más conscientes con el medio ambiente y con los seres vivos, se han creado también propuestas en las que incluyen a las mascotas en ese tipo de culturas, ofreciéndoles un trato libre de crueldad y de violencia, lo cual dio como resultado un uso frecuente del término Pet Friendly.

Esta palabra es usada para definir a aquellos establecimientos o lugares amigables con los animales; espacios donde ofrecen un trato especial y les permiten realizar actividades con y para humanos. 

La popularidad de estos lugares ha crecido tanto que ahora existe una serie de normas para todo aquel que quiera visitar un lugar con su mascota. Sin embargo, aunque podría sonar inofensivo, la problemática empieza cuando se le da más valor a las mascotas que a los mismos humanos, sobre todo, más valor que a los niños.

El peligro de humanizar a los canes

El catecismo de la Iglesia Católica no. 2416 nos señala que los animales son criaturas de Dios, por ende, se les puede tener aprecio, tal y como lo hacían san Francisco de Asís y san Felipe Neri, quienes veían y trataban con amor la naturaleza y los animales. No obstante, el mismo Catecismo señala que

Se puede amar a los animales; pero no se puede desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos". (2418)

Por lo que debe haber un intermedio entre cuidar y respetar toda creación de Dios, desde plantas hasta animales, que permita no caer en el extremo de dar prioridad y tratar como humanos a las mascotas. Es justo ahí cuando se empieza a humanizar a los animales, dejando a un lado la dignidad de los humanos. 

Acciones como comprarles artículos que son típicamente para un humano, como carriolas o vestirlos para cada ocasión, y agregarles accesorios o incluso comprarles zapatos son acciones que vemos comúnmente y que son reflejo de esto.

El mismo Catecismo nos invita a verlos con fraternidad, sin la necesidad de gastar cantidades exorbitantes en ellos; pues ese mismo dinero puede utilizarse en los humanos necesitados.

Actualmente existen campañas o asociaciones que piden ayuda económica para mantener canes en lugar de niños que mueren de hambre o se encuentran desamparados. 

No olvidemos que nunca habrá alguna especie que reemplace el lugar del humano creado a imagen y semejanza de Dios. 

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