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I.MEDIA vuelve sobre las declaraciones del pontífice en este blockbuster en un formato inusual, que, como muchas veces, no estaba enmarcado por la comunicación del Vaticano.
El documental, de poco más de una hora y veinte minutos, comienza con una breve presentación de los protagonistas. La producción seleccionó a diez jóvenes que supuestamente representaban a la sociedad contemporánea para hacerle sus preguntas al Papa.
Todos son de habla hispana y residen en España, América Latina o Estados Unidos. Hay una mujer que se describe a sí misma como "no binaria", una activista feminista a favor del aborto, un hombre que fue abusado en una escuela dirigida por el Opus Dei, un rapero ateo, tres inmigrantes víctimas del racismo, una ex monja convertida en lesbiana, una madre y actriz porno, y finalmente una joven católica que duda de su fe.
El Papa Francisco dialoga con una actriz porno
El pontífice, que se declara "pasado de moda" ante sus interlocutores, defiende la belleza de la sexualidad y considera que la Iglesia no tiene "un catecismo maduro" sobre la sexualidad, juzgando incluso que la enseñanza de la Iglesia sobre este punto está "en un etapa muy temprana”. Varios jóvenes comparten con él su propia relación con el sexo, por ejemplo, hablándole sobre la aplicación Tinder, que el pontífice no conoce e, incluso después de la explicación, parece no entender.
El Papa Francisco, sin intervenir, escucha a continuación a una actriz porno orgullosa de su profesión, antes de que otra joven declare: "la masturbación mola". Sin duda avergonzado, el pontífice puso fin a estas declaraciones y respondió que la sexualidad debe ser pensada como un don, lo que, según él, no es la pornografía.
Durante el encuentro, varios oradores criticaron a la Iglesia por su intolerancia hacia las cuestiones de género. El Papa que escucha reconoce que hay 'malas personas' hacia las minorías sexuales en la Iglesia, dice que son 'infiltrados' que usan la fe para satisfacer sus propias 'pasiones'. Sin embargo, aconseja a una joven lesbiana que no "se enrede en ideologías".
Ningún aborto es justificable
En otra secuencia, una joven peruana defiende ante el Papa el derecho de las mujeres a abortar. Después de haber escuchado con atención, éste reafirma la posición de la Iglesia, considerando que ningún aborto es justificable. Vuelve a comparar su recurso con el de un "sicario".
"Una mujer que aborta no debe estar sola, debe estar acompañada", dice, sin embargo. Explica pedir a los sacerdotes y obispos que muestren "misericordia" ante tales situaciones.
Migrantes de primera y segunda clase
"No he sido objeto de racismo", responde el pontífice a una hija de inmigrantes que le pregunta cómo fue su experiencia como hijo de inmigrantes italianos en Argentina. Destaca la pequeña parte que ocupan los nativos en su país, donde los inmigrantes eran todos "bienvenidos".
El Papa lamenta que ciertos países golpeados por el "invierno demográfico" no vean el sentido de acoger a los inmigrantes, especialmente en ciudades y pueblos que están despoblados. Denuncia la existencia de "migrantes de 1ª clase y de 2ª clase", poniendo como ejemplo a los ucranianos de la primera categoría y a los africanos de la segunda.
Tras el testimonio de un senegalés musulmán que relata su paso por el Estrecho de Gibraltar y aboga por un mundo "sin pasaporte", el Papa vuelve a denunciar la explotación de los migrantes por parte de grupos organizados. Incluso afirma que algunos estados "son cómplices" de este sistema, negándose a decir de qué países se trata "para no crear problemas diplomáticos".
A una joven que le dice que la Iglesia Católica ha apoyado la colonización, especialmente en América del Sur, el Papa Francisco reconoce los errores cometidos en el pasado pero insiste en la importancia de poner estas situaciones en su contexto. Señala además que el tema de la colonización y la esclavitud todavía está presente en el mundo actual, a veces en formas legales.
"Aquí todos roban dinero"
Preguntado sobre cómo utiliza el dinero de que dispone la Iglesia, el Papa explica que no cobra y afirma llevar el estilo de vida de "un trabajador con un salario bajo o medio". Confiesa que no duda en "pedir ayuda" fuera del Vaticano, para "no molestar a la Santa Sede", para obtener dinero para las causas que desea apoyar. "Aquí todo el mundo roba dinero, así que sé dónde robarlo", dice con ironía el pontífice, explicando que recientemente ayudó a una escuela en Papúa Nueva Guinea.
"La fe, cuando es genuina, se prueba"
Un solo orador no solicita al pontífice sobre cuestiones sociales. A lo largo del encuentro, esta española de 20 años contradijo a sus compañeros defendiendo las posiciones de la Iglesia frente al aborto o la pornografía. Cuando llega su turno, le confiesa al Papa que le resulta difícil de creer.
"Tu testimonio de fe me conmueve porque debes ser valiente para decir lo que dices en esta asamblea", le aseguró el Papa. Y respondiendo a su pregunta, la anima: "La fe, cuando es auténtica, se prueba".
Una producción fuera de los circuitos vaticanos
La reunión tuvo lugar hace varios meses en un loft de moda en el distrito Pigneto de Roma, a 20 minutos del Vaticano. En el documental, producido por Disney+, los diez jóvenes están encantados de conocer a un Papa "más de izquierdas", "más relajado" y accesible, y se preguntan si podrán hacerse "un selfie" con él.
"Los servicios de comunicación de la Santa Sede no se han asociado ni informado siquiera de la producción de este documental", asegura una fuente vaticana a I.MEDIA. El pontífice, subraya, "gestiona él mismo" este tipo de entrevistas en las que desea poder dialogar con las "periferias".