Inmersa en el centro histórico de Cusco (declarada zona monumental desde 1972 y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco), la iglesia de Belén forma parte de uno de los más bellos atractivos vinculados a la Plazoleta de Belén en el distrito de Santiago.
Con respecto a su historia, fue en 1559 cuando la a parroquia de indios «Los Reyes» recibió la imagen de la Virgen de Belén, también conocida como Mamacha Belén, una de las imágenes tradicionales durante la procesión del Corpus Christi en Cusco, tal cual indican algunas reseñas (ver Fátima.org).
En efecto, la imagen de esta advocación suele destacarse por un bello y apacible rostro, además de su vestido adornado con hilos de oro y piedras preciosas. En sus brazos lleva al Divino Niño, arropado en ropas andinas.
Una imagen en el agua y un gran terremoto
Como trasfondo, la historia de dos pescadores en El Callao que vieron una caja que flotaba en las agua y en el interior una imagen de la Virgen con un texto que decía «Imagen de Nuestra Señora de Belén, para la ciudad del Cusco».
En 1650, un terremoto generó gran deterioro en la iglesia Nuestra Señora de Belén. Esto provocó la necesidad de reconstrucción del templo, algo que llevó más de 50 años. Posteriormente, en 1950, otro terremoto generó el derrumbe de una de sus torres, por lo cual la reconstrucción significó otro gran acontecimiento, tal cual lo sucedido recientemente.
Entrega del templo
Según informó el Arzobispado de Cusco, el pasado 23 de noviembre la Dirección Desconcentrada de Cultura Cusco realizó la entrega de la obra de restauración y puesta en valor del monumento histórico religioso Templo «Nuestra Señora de Belén».
En la ceremonia estuvieron presentes el arzobispo del Cusco, monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia, el párroco de esta parroquia, el sacerdote Jorge Chacón Mendoza, además de autoridades locales.
En el caso de esta nueva restauración y puesta en valor de un monumento histórico religioso, las obras comenzaron antes de la pandemia del coronavirus (año 2019). Para ello se trabajó «en los en los componentes de investigación arqueológica, estructuras, obras de arte, sensibilización y mitigación del impacto ambiental», tal cual se indicó.
«Para la elaboración de los trabajos antes mencionados se tuvieron en consideración referencias históricas, para conservar la originalidad del templo», se agregó desde la Arquidiócesis de Cusco.
Fue así que gracias a estas labores la iglesia Nuestra Señora de Belén en Cusco vuelve a relucir en su máximo esplendor. Y lo hace por tercera vez tras lo que representaron los daños por terremotos década atrás.
«Esta intervención integral ha devuelto la prestancia y belleza a las obras de arte», se concluye.