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El pasado 13 de octubre del 2022, se cumplieron 50 años de lo que muchos suelen llamar tragedia de los Andes, una historia que también mezcla sobrevivencia con heroicidad que involucró al avión uruguayo Fairchild que transportaba a 45 uruguayos y que terminara estrellándose en la cordillera (16 fueron los sobrevivientes).
Esa famosa historia -que en 2022 vuelve a ser recordada con fuerza a través de libros, documentales y películas- tiene también una de las imágenes más emotivas, el momento en que los rescatistas (luego de la expedición de dos de los sobrevivientes durante unos 10 días en la montaña) llegaron al sitio del accidente tras 72 jornadas duras y salvar a quienes no habían fallecido a pesar de tanta adversidad. Gracias a eso, para muchos también lo sucedido tiene mucho de «milagro».
52 años después...
Diego María Canale, es un sacerdote argentino que en febrero de 2022 acompañó a Gustavo Zerbino (uno de los 16 sobrevivientes cuya historia pudiste conocer en Aleteia) junto a su familia a oficiar una misa en el lugar donde se produjo el accidente del avión uruguayo.
Canale contó a Aleteia cómo fue aquella ceremonia íntima en plena cordillera. Pero también aprovechó la ocasión para reflexionar acerca de una situación de gran actualidad y que poco se habla cuando se hace referencia a la tragedia de los Andes: el impacto del cambio climático.
«Hace 50 años el avión quedó en un glaciar. Hoy ese glaciar casi no existe. Y esa sí es la tragedia de los Andes y del mundo, el gran calentamiento global ya no por la mala maniobra de un piloto, sino por la mala maniobra de quienes conducen la humanidad», expresó con contundencia el sacerdote argentino, cuyas palabras de alguna manera van en línea con la encíclica del papa Francisco sobre la «casa común», Laudato Sí.
«De aquella experiencia de los Andes bajó un grupo de jóvenes. Pero muchos quedaron ahí. Hoy en nuestra historia del planeta también están quedando muchas personas fuera de un sistema por malas maniobras o malas decisiones de tantas personas en el mundo», prosiguió Canale.
«No nos salvamos solos»
Canale recordó que en el lugar donde quedó el fuselaje del avión uruguayo casi no hay hielo en la actualidad.
«Esto también nos puede llevar a una gran reflexión. En este momento clave en la historia de la humanidad también estamos llamados a la conversión y tenemos que salir de ésta juntos como equipo; no nos salvamos solos», comentó Canale en referencia a la principal característica del grupo tuvo que vivir aquella tragedia del 72, la mayoría integrantes Old Christians Rugby Club, aspecto también de gran relevancia en el desenlace de los hechos.
«Si queremos y pretendemos salvarnos solos vamos a quedar encerrados en esa montaña. Solos no salimos. Ya no hablo de una montaña de la cordillera de los Andes, sino que hablo de una montaña de ego y mundanidad que nos vive atrapando cada vez», continuó Canale.
Canale, quien también supo jugar al rugby durante su juventud, finalizó poniendo con ejemplo claro de esa «montaña especial» en conflicto como el Rusia y Ucrania. Pero también, agregó, hay un montón de guerras, tanto las que están en el corazón de cada persona como las que están generando desastres en la humanidad.