Los signos de la persecución a la Iglesia de Nicaragua y a todo lo que huela a oposición al presidente de este país, Daniel Ortega Saavedra, son realmente inusitados. Miles de exiliados, cientos de presos políticos y de conciencia, represión y persecución están «a la orden del día».
El pequeño territorio centroamericano, que alguna vez representó la lucha de los pueblos del continente por la libertad, se ha convertido en un pueblo sometido a una fiera dictadura donde ninguna voz diferente a la oficial puede estar seguro de que su derecho será respetado.
Consciente del poder de la oración que une a los católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez Lagos, quien se ha caracterizado por ser una voz de los sin voz en Nicaragua, ha convocado a una cruzada nacional de oración por la Iglesia, por los sacerdotes y por el país.
En el nombre de todos los que luchan por la paz
El prelado nicaragüense, uno de los que ha sufrido en carne propia la persecución del régimen sandinista, tanto en sí mismo como entre sus familiares y sus fieles, hizo esta propuesta tras una peregrinación de 12 kilómetros de oración comunitaria al Santuario del Divino Niño Jesús desde la Catedral de Matagalpa el pasado domingo 17 de julio.
«En nombre de todos mis hermanos sacerdotes de nuestra bendita y amada diócesis de Matagalpa, quiero convocarlos a todos y cada uno de ustedes a una cruzada de oración y adoración por nuestra Iglesia, nuestros sacerdotes y nuestra amada Nicaragua», dijo el obispo Álvarez Lagos al término del recorrido.
Coincidente con el Evangelio dominical, el prelado nicaragüense destacó que «en medio de las inquietudes y preocupaciones que tenemos todos los nicaragüenses, hemos elegido la mejor parte de porque volvemos siempre nuestra mirada y nuestro corazón a Jesús el Señor, y a su madre, la Santísima Virgen María».
Una iniciativa que busca reconciliar al pueblo
Más adelante, sabedor que este tipo de iniciativas deben llevar una metodología simple que el pueblo fiel pueda comprender y valorar, el obispo de Matagalpa dio los pormenores de la cruzada nacional que está pidiendo para sanar el corazón de un pueblo profundamente dividido.
Álvarez Lagos pidió que todos los primeros viernes de mes, dedicados al Sagrado Corazón de Jesús, se haga ayuno durante el día. En las fiestas de la Virgen María, a las 5:30 de la mañana, cada uno en su hogar o en la parroquia, rezará el Rosario de la Aurora para llegar a las mil Ave Marías.
Las fiestas marianas que quedan por delante durante este año son: 15 de agosto, la Asunción de Nuestra Señora a los cielos; 22 de agosto Santa María Reina; 8 de septiembre, nacimiento de la Santísima Virgen María; 15 de septiembre, festividad de Nuestra Señora de los Dolores; 24 de septiembre, Nuestra Señora de la Merced; 7 de octubre, Nuestra Señora del Rosario; 27 de noviembre, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa y el 8 de diciembre, la Inmaculada Concepción de María.
Una ética cristiana de la salvación
«En todas estas fiestas unámonos a las 5:30 de la mañana, todos, en un solo pensar, en un sólo sentir, y en un solo corazón, rezando el Rosario de la aurora, realizando las mil Ave Marías, y juntos como pueblo fiel de Dios, que ora a una sola voz, ayunando todos los primeros viernes de mes», subrayó el obispo Álvarez Lagos.
Más adelante, el prelado dijo que la plegaria común ha de conmover «las entrañas misericordiosas de nuestro Dios y de la Virgen Santísima y miles de bendiciones veremos y veremos también la gloria de Dios, porque la oración es la que salvará a Nicaragua».
Finalmente, el obispo de Matagalpa enfatizó en su mensaje y propuesta que el pueblo de Nicaragua no debe albergar «la más mínima duda» de que siempre «después de la oscuridad viene el amanecer, y que después de caminar por el desierto llega a la tierra prometida; y después de la crucifixión y la muerte, siempre, infaliblemente, llega la resurrección».