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Algunos encuentran en María un consuelo en el dolor, como Romina Power, estrella de los años 80 que encontró la paz interior gracias al rosario tras la desaparición de su hija Ylenia. Otros la invocan para superar la soledad excesiva, como testimonia Charles de Foucauld en sus escritos espirituales. También la Virgen María puede, con su infinita benevolencia, ayudar a un enfermo a superar el sufrimiento y el miedo a la muerte y a caminar sin miedo hacia el Padre Celestial, como hizo con el pequeño Antonio, de 8 años.
La gracia de la Virgen María es especial porque María es la primera en todo: la primera en haber acogido a Cristo, la primera en haber participado de la Pasión, la primera en haber entrado en la eternidad con Dios.
La gracia de María es particular porque es perfecta y primera. Si María nos regala una gracia, ¿cómo podemos agradecerle la altura de su amor por nosotros? Aquí algunas sugerencias:
1Reza el Magnificat
Durante la Visitación, cuando María visita a su prima Isabel después de la Anunciación, la Virgen María pronuncia el cántico de acción de gracias del Magníficat (Lc 1, 46-55). A este respecto, san Luis María Grignion de Montfort cita el comentario de Jean Gerson:
“La Santísima Virgen María lo rezaba a menudo ella misma, y particularmente después de la Sagrada Comunión, en acción de gracias.
Recemos nosotros este himno también llamado “Cántico de María”, para dar gracias infinitas a quien fue ella misma un ejemplo perfecto de gratitud”:
2Canta su nombre
Son innumerables los cantos a María compuestos en todo el mundo. Desde "Santa María del camino" hasta "Madre del silencio", pasando por "Me quedé sin voz", los cantos marianos son en su mayor parte alegres, reconfortantes y dulces, a su imagen.
Cantarlos en el coche, en la cocina o incluso mientras trabajas puede ser una gran idea para darle las gracias.
3Lleva una medalla de la Virgen
Para agradecer a María por estar ahí para nosotros, ¿por qué no llevar una medallón de María? Hay muchas, de distintas advocaciones, entre las que elegir.
4VE A UN SANTUARIO MARIANO
Nuestra Señora de Guadalupe en México, Nuestra Señora de Lourdes en Francia, Nuestra Señora de Fátima en Portugal… No hay país en el mundo que no tenga al menos un santuario dedicado a la Virgen María. ¡Algunos tienen miles!
Algunos de estos altos lugares de oración se han convertido incluso, por la fuerza de su influencia, en lugares de peregrinación que reúnen a miles de visitantes cada año. Para agradecer a María, ¿por qué no caminar con ella, por ella y hacia ella?
Como dijo el Papa Juan Pablo II en Fátima: “Hay (…) algunos lugares donde los hombres sienten la presencia de su Madre de manera particularmente viva. A veces, estos lugares irradian su luz ampliamente, atrayendo a personas de lejos. Su influencia puede extenderse a una diócesis, a una nación entera, incluso a varias naciones e incluso a varios continentes".
Así son los santuarios marianos.
5ESCRÍBELE UNA CARTA
Encontrar palabras bonitas y escribírselas a María puede ser una manera hermosa de darle las gracias, especialmente cuando rezar directamente nos resulta difícil.
Cada palabra escrita para ella resonará en los cielos y le dará infinitas gracias por todos los beneficios obtenidos.
Las cartas a María se pueden dejar en los buzones de algunos santuarios dedicados a María, como se ofrece en Lourdes. Si viajar te resulta imposible, hay “carteros” que se ofrecen a dejarla por ti.
La carta también se puede colocar simplemente en un rincón de oración personal, o incluso debajo de tu almohada.
6CREA UN RINCÓN DE ORACIÓN DEDICADO A MARÍA
Si María está tan dispuesta a responder a nuestras solicitudes, ¿por qué no ofrecerle un lugar escogido en casa?
Una cajita de madera, un icono de la Virgen, un rosario y una imagen mariana bastarán para preparar un bonito rincón de oración reservado a nuestra Madre del cielo.
Este "rincón de María" te traerá gracia y decorará con mucha delicadeza un dormitorio o una pared del salón.
7REZA UNA O MAS AVE MARIAS
Para decir gracias, rezar sigue siendo una ofrenda universal e inmediata. La oración más directa a María, el Ave María, contiene en sí todas las cosas más perfectas que se pueden decir a María para agradecerle.
Lo explica san Luis María Grignion de Montfort, en su Tratado sobre la verdadera devoción a la Santísima Virgen María:
8OFRECE UN EXVOTO
Desde hace varios siglos, ha sido tradición en la Iglesia ofrecer exvotos en señal de profunda gratitud por una gracia obtenida.
Los más antiguos datan del siglo XV en forma de pequeños artefactos de cera. No fue hasta el siglo XVI que aparecieron cuadros pintados, muy a menudo relacionados con naufragios evitados.
Las losas de mármol clavadas en las paredes de las iglesias florecieron a partir del siglo XIX y durante todo el XX. Una tradición aún vigente en muchos santuarios.
9ELIGE UN NOMBRE INSPIRADO EN MARÍA
En el caso de un nacimiento muy deseado, y por el cual habéis rogado ardientemente a la Virgen, ¿por qué no dar a vuestro hijo el nombre de pila de la madre de Jesús, o alguno de sus derivados?
María, de origen hebreo y egipcio, es un derivado del nombre hebreo Miryam que significa “gota del mar”. Según otras fuentes, proviene del antiguo "mérito" egipcio que significa "amado". Una forma de rendir un bonito homenaje a la madre de Jesús.
Aquí 25 palabras cariñosas que algunos santos le han dedicado a María: