La riqueza del folclore argentino
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Se cantan en conciertos, peñas, e Iglesias por igual. Distintos ritmos: carnavalito, chamamé, zamba, el que sea. En común tienen que con guitarra, bombo y corazón encendido alcanza para el gran rato y en este caso, hasta para la oración. Algunas están ahí volando en el viento, y hasta se puede pensar que no tienen autores, que son parte del patrimonio cultural. Lo son, pero alguien las pensó y les dio forma para que generación tras generación el folclore le siga cantando a la Virgen.
Escogemos aquí cinco canciones que desde la música folclórica argentina expresan el íntimo amor de ese pueblo a la Virgen María.
Virgen India
Infaltable de los cancioneros parroquiales, está registrada por la pluma de los hermanos Gelacio y Ñoñolo Albarracín, aunque la versión más difundida tanto en la Argentina como en otros países es la de Jorge Cafrune.
Cantada inicialmente a la Virgen India de Sanagasta en la década del 30, orgullo riojano, muchos creen que fue compuesta para la Virgen de Guadalupe. La destinataria es la misma, la Madre de Dios, porque como le canta el cantor: “Virgen morenita, india fue tu cuna, porque india tú naciste por la gracia de Dios, así somos esclavos de tu voluntad divina, así somos esclavos de tu infinito amor”.
Está lloviendo en Luján
Otro nombre emblemático del folclore argentino, infaltable de cualquier listado, es el de Horacio Guarany. En este caso, Guarany pinta un cuadro, relata la peregrinación a Luján, se adentra en el corazón de los peregrinos y en sus ojos, sintiendo la lluvia caer sobre sus hombros. Pero como canta el cantor, “¡No hay agua para su sed, sólo la virgen la apaga!”.
Y para entender la canción sólo hay que ver el amor y las peregrinaciones de los argentinos al Santuario de Luján:
Virgencita de la Peña
El Chqueño Palavecino es coautor de este carnavalito del peregrino, que entona esa jaculatoria tan pura y sencilla y repetida: Ayúdame. “Traigo este ramo de flores frescas, que por el camino yo las junté, vela de cebo que con cariño, con esta mano hice también, Virgencita de la peña, ayúdame, ayúdame”.
Peregrino de la Virgen Correntina
“Hay un canto… una oración… después silencio, hasta que nazca más allá la madrugada” canta el cantor caminando hasta la casa de la Virgen Correntina de Itatí. Pocho Roch, compositor de esta y otras bellas canciones a la Virgen de Itatí, era un enamorado de la Virgen. Desde septiembre del año pasado, descansa por siempre a sus pies; el peregrino siempre llega.
La Anunciación
Fragmento de la Navidad Nuestra, obra de Ariel Ramirez y Félix Luna, el cantor se imagina el diálogo de Dios con el Ángel Gabriel tras la anunciación, e imagina que éste le dice: “He visto a la reina ‘el mundo, la mas hermosa cuñataí; sus ojos son dos estrellas, su voz el canto del yerutí”.
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