Yo era una niña cuando mi padre se fue a Kosovo. Fue allí para ayudar a los policías en una misión con riesgo de sufrir los efectos de la contaminación ambiental por bombas recubiertas de uranio empobrecido. Cuando leí esta mañana lo que hizo el policía Fabio Cervellieri por una niña con diabetes 1 (insulinodependiente), inmediatamente recordé ese hecho que casi había olvidado.
Quién sabe si el policía Cervellieri también tiene una hija esperándolo mientras realiza su trabajo fuera de casa y quién sabe lo orgullosa que estará su familia de él, del compromiso que pone en su servicio incluso actuando mucho más allá de sus deberes.
El encuentro entre el carabinero y la niña
De hecho, por la página de Facebook de los Carabinieri nos enteramos de que el oficial de policía Fabio Cervellieri, en una misión en Kosovo, conoció a una niña de 4 años con diabetes mellitus tipo 1 durante un recorrido de patrulla.
El militar quiso comprar el glucómetro electrónico y la insulina necesaria para la terapia de la pequeña por su cuenta. Un gesto de gran altruismo y generosidad. Pero Fabio fue más allá: de vuelta a Italia se puso en contacto con los médicos del Hospital Umberto I de Roma para organizar la hospitalización de la niña.
La colecta para el viaje
Todo el Regimiento de la MSU (Unidad Multinacional Especializada) se interesó por la historia de la pequeña. Se recaudó el dinero necesario para cubrir los gastos del viaje de regreso de la niña y la madre a través de una recaudación que involucró a todo el personal.
El tratamiento en el Umberto I
La paciente, acompañada por su madre, aterrizó en Roma el 13 de noviembre. El equipo médico del Umberto I pudo asistirla, hacerle los exámenes necesarios, someterla a una cirugía pequeña, prescribirle el tratamiento adecuado y darla de alta.
Un hermoso regalo de Navidad anticipado. Para tener los ojos abiertos sobre los sufrimientos de los demás es necesario haber madurado una profunda gratitud en relación a la vida. Se debe sentir casi una deuda para ponerse a disposición y ayudar a alguien que no podrá recompensarte ni devolverte el favor. Pero quizá el premio más valioso es presenciar la felicidad de una familia entera.
Decía bien Chesterton: "La medida de cada felicidad es el reconocimiento".
Los deseos del Arma de Carabineros
La generosidad del carabiniere para con la niña diabética conmovió a decenas de miles de usuarios. Llenaron de comentarios el post publicado por el Arma, que finaliza de la siguiente manera: