Hay una oración con la que puedes ayudar a las personas que fallecieron pero todavía están esperando a unirse con Dios en el cielo.
Es de santa Gertrudis la Grande, patrona de los místicos. Con ella puedes contribuir a la purificación de las almas del purgatorio.
Padre eterno:
Te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesus,
en unión con las misas celebradas hoy en el mundo,
por todas las benditas almas del purgatorio,
por todas las almas de todo el mundo
por los pecadores de la Iglesia católica,
por los de mi casa y mi familia.
Amén.
Además de rezar por esos hermanos que están esperando ver a Dios cara a cara, puedes ayudarles ofreciendo misas y regalos de amor por ellos, por ejemplo sacrificios.
Ellos te lo agradecerán y cuando estén en el cielo podrán también ayudarte.