Merced significa premio, beneficio, gracia, "misericordia". Los mercedarios le dieron este nombre a la nuestra Señora, la Virgen María, de quien eran muy devotos, cuando san Pedro Nolasco fundó su orden religiosa, el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, tomándola como patrona y guía.
Liberaban presos por amor
Su espiritualidad se fundamenta en Jesús el liberador de la humanidad y en la Santísima Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre.
En aquel momento había muchos cristianos cautivos de los musulmanes, algunos de ellos incluso en peligro de perder su fe, y estos religiosos se cambiaban por ellos para liberarlos.
Una devoción que cruzó los mares
Los frailes mercedarios llevaron al continente americano su amor a la Virgen de la Merced, que se propagó ampliamente.
Este título de la Virgen ha permanecido hasta hoy, y son muchos los que confían en que ella los liberará de las cadenas que los esclavizan, ya sean físicas o espirituales.
Es además patrona de los presos, por eso se le representa con una túnica, escapulario y capa, todo en color blanco, con el escudo mercedario en el pecho.
Otros elementos recurrentes son las cadenas y el grillete, símbolos también del cautiverio. Normalmente, además del escapulario del hábito, lleva otro pequeño en la mano que ofrece a los fieles.
Oración
Aquí una oración para rezarle con fe:
Tú, María, Virgen de la Merced,
bondadosa Madre de Dios,
que amas la libertad de tus hijos,
y empatizas con el sufrimiento de los prisioneros,
escucha lo que te pido:
rompe las cadenas de nuestro pecado,
para que libres de ellas,
podamos unirnos totalmente a tu Hijo, Jesús,
vivir como Él, libremente,
dedicados a aquello para lo que estamos hechos: amar.
Amén.
Que el Señor, a través de María santísima, nos libere de todas nuestras ataduras para, un día, podamos gozar de la vida eterna junto con Él y todos los santos y ángeles.