La oración es la mejor manera de unirnos a Jesús por amor y agradecimiento, pero también para pedir perdón, par rogar por nuestras necesidades y para alabarlo por ser Dios.
Santa Teresita del Niño Jesús la define así:
"Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como en la alegría (Santa Teresa del Niño Jesús, Manuscrit C, 25r: Manuscrists autohiographiques [Paris 1992] p. 389-390)".
Nuestra unión con Dios
En el Antiguo Testamento, Dios hablaba a su pueblo a través de los profetas y otros hombres que Él elegía para enviar su mensaje. Pero en el Nuevo Testamento, Jesús mismo nos enseña que cada persona puede cultivar una relación íntima con Él:
"En la nueva Alianza, la oración es la relación viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo".
Confianza absoluta
Por eso debemos aprender a orar con una actitud de absoluta confianza y agradecimiento, dirigiendo nuestros pensamientos a Jesús, diciendo:
Si tuviera una mirada agradecida sonreiría más. Si tuviera esa mirada querría decir que mi confianza es ya inmensa.
No quiero hacerlo todo bien, no puedo. Quiero vivir confiando en el amor de Dios, en su misericordia.
Creyendo en todo lo que puede hacer conmigo, si le dejo. En circunstancias favorables y en circunstancias adversas.
Oración de agradecimiento a Jesús
Aquí una sencilla oración para expresar tu agradecimiento a Jesús:
Gracias a Ti, Jesús, por ser y por estar.
Por buscarme, por esperarme. Por tirar de mí, por empujarme cuando no puedo más.
Por pensarme en un hogar, por hacerme hogar.
Gracias por poder cuidar a otros. Por poner en mi camino risas y fidelidad.
Gracias por regalarme una vida. Por la salud que pronto olvido.
Por mis fuerzas, por mi pasión.
Gracias, Jesús, por el mar y por el cielo. Por la noche y las estrellas.
Por el campo y el sendero. Por el agua y por el pan.
Gracias por las lágrimas y las cruces. Por la noche y por la luz.
Por ponerme en un lugar, por mis raíces.
Gracias porque te quedas conmigo, porque te puedo tocar.
Amén.