En su catequesis sobre la esperanza, tema del Jubileo 2025, el Papa Francisco se detuvo en las "múltiples formas de abuso de los niños". "El abuso de menores, cualquiera que sea su naturaleza, es un acto despreciable y atroz, […] un crimen", dijo. E insistió: "Un caso ya es demasiado".
Sin mencionar en particular el doloroso tema de los abusos cometidos por sacerdotes en el seno de la Iglesia católica, el Pontífice se detuvo en los "cientos de millones de menores" que se ven obligados a trabajar y "se convierten en adultos demasiado pronto". Al final de su texto, deploró la explotación de las "tiernas manos" de niños de corta edad para cosechar arándano en América Latina. "Esclavizan a los niños por una cosecha", lamentó.
A continuación, el Pontífice argentino recordó a todos los consumidores su responsabilidad. "Ser conscientes de lo que compramos es el primer paso para no ser cómplices", advirtió, pidiendo a los consumidores que cuestionen la compra de productos elaborados con trabajo infantil.
También instó a instituciones y empresas a que desplacen "sus inversiones hacia compañías que no utilicen ni autoricen el trabajo infantil". E instó a los periodistas a "sensibilizar sobre el problema". "No tengáis miedo, denunciad estas cosas", dijo.
Diatriba contra la injusticia social
Francisco también mencionó a los niños y niñas que son "esclavos de la trata para la prostitución o la pornografía, y de los matrimonios forzados", o a los que están "implicados en el tráfico de drogas y en todo tipo de actividades ilícitas".
Improvisando de nuevo, mencionó el caso del pequeño Loan, un niño de 5 años desaparecido desde el pasado mes de junio en Argentina y sospechoso de ser víctima de una red de trata de personas. "Una de las hipótesis es que fue secuestrado para extraerle órganos para trasplantes", dijo el Papa, antes de añadir: "Algunos vuelven con una cicatriz, otros mueren".
El 266 Papa se pronunció contra "la injusticia social que lleva a dos niños, que quizás viven en el mismo barrio o en el mismo edificio, a tomar caminos y destinos diametralmente opuestos, porque uno de ellos nació en una familia desfavorecida". Para François, esta fractura humana y social entre "los que pueden soñar y los que deben sucumbir" es "inaceptable".
"Los niños tienen derechos", dijo a la multitud, animando a los fieles a informarse sobre la lista de derechos establecida por algunos países.