Dios ha hablado con los hombres desde que los creó, así lo narra en el Antiguo Testamento de la Biblia, comenzando por el Génesis:
Dios nos ha dicho: "No coman de él ni lo toquen, porque de lo contrario quedarán sujetos a la muerte".
"Al oír la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín, a la hora en que sopla la brisa, se ocultaron de él, entre los árboles del jardín. Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: '¿Dónde estás?'"
Los hombres elegidos
A lo largo de todo el Antiguo Testamento tenemos el testimonio de hombres y mujeres elegidos para dar su mensaje al pueblo escogido: a Abraham le dio la promesa de que tendría una descendencia numerosa, a Moisés le ordenó sacar al pueblo de Egipto y llevarlo a la tierra prometida, a los profetas les dio mensajes para que el pueblo se mantuviera fiel o para anunciarles castigos.
Un ejemplo impresionante lo tenemos cuando Dios se manifestó en la zarza encendida a Moisés, revelando quién era:
"Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza, diciendo: '¡Moisés, Moisés!'. 'Aquí estoy', respondió él.
Entonces Dios le dijo: 'No te acerques hasta aquí. Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa'.
Luego siguió diciendo: 'Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'. Moisés se cubrió el rostro porque tuvo miedo de ver a Dios.
La última vez que habló Dios
Ahora bien, ¿cuándo fue la última vez que los hombres escucharon la voz de Dios Padre? Lo encontramos en el Evangelio de san Mateo, en el pasaje de la Transfiguración:
"Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: 'Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias: escúchenlo'".
Cristo es quien nos habla hoy
De este modo, cuando se cumplió la promesa del nacimiento del Salvador, el mismo Dios habló cara a cara a los hombres en la persona de Jesucristo, por eso ya no se requería de otros intercesores que transmitieran los mensajes que Dios les revelaba -Juan el Bautista fue el Precursor y el último profeta-.
Lo dice claramente Jesús a sus discípulos:
"Felipe le dijo: 'Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta'. Jesús le respondió: 'Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: muéstranos al Padre'?"
En la actualidad tenemos a la Iglesia fundada por Cristo a quien Él encargó anunciar el Evangelio, así ponemos en práctica el último mandato dicho de viva voz por Dios Padre:
Escuchamos la voz del Señor Jesús para hacer la voluntad del Padre, atendiendo a las inspiraciones del Espíritu Santo para alcanzar el cielo.