Ha pasado la Navidad y llegamos al año nuevo; sin embargo, el calendario civil es distinto del calendario litúrgico, el cual marca otro ritmo para los católicos.
La Navidad ha concluido, pensamos, porque hemos vuelto al trabajo cotidiano y comenzó un nuevo año civil; sin embargo, la liturgia dice otra cosa
Para nosotros no ha concluido la Navidad. Y es entendible, porque se trata del acontecimiento que marca el nacimiento de nuestro Redentor, que no es poca cosa, por eso la liturgia destaca esta enorme solemnidad cristiana desde la celebración eucarística y el Oficio Divino.
Entonces, la pregunta es prudente: ¿cuándo termina la Navidad?
El tiempo de Navidad
Las Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario marca que:
"En la Iglesia, la celebración más antigua después de la del Misterio Pascual es la memoria del Nacimiento del Señor y sus primeras manifestaciones, que se realiza en el tiempo de Navidad. El tiempo de Navidad va desde las primeras vísperas de Navidad hasta el domingo después de Epifanía, o después del 6 de enero, inclusive".
Asimismo, si la Navidad termina después del 6 de enero, ¿por qué en ocasiones se extiende tanto, como es el caso de este año 2025? La respuesta la encontramos en los números 37 y 38 del mismo documento:
"La Epifanía del Señor se celebra el 6 de enero, a no ser que se transfiera -donde no es de precepto- al domingo situado entre el 2 y el 8 de enero. La fiesta del Bautismo del Señor se celebra el domingo siguiente al 6 de enero".
Concluye con el Bautismo del Señor
Como hemos visto, la Navidad se extiende desde el 24 de diciembre -con las primeras vísperas-, hasta la fiesta del Bautismo de Señor, que no debe pasar del 13 de enero.
Y como en esta ocasión se celebra el domingo después al 6 de enero, en el presente año nos encontramos conque la Navidad terminará el 12 de enero.
Así es que, si eres de las personas que disfruta tener su nacimiento o belén y el arbolito de Navidad, aún puedes mantenerlo hasta el domingo próximo (aunque hay quienes retiran sus adornos después del 2 de febrero, en la presentación del Señor).
Por eso, todavía podemos desearnos: ¡feliz Navidad!
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