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A punto de terminar el año nos encontramos nuevamente con la temporada navideña y se abre la puerta para celebrar las tradicionales posadas, que comienzan el 16 de diciembre y finalizan el 24 con la Noche Buena, víspera de Navidad.
Fiestas consumistas
Pero sucede que, en pleno siglo XXI, se ha perdido el sentido original de esta novena que ha sido desplazada por el consumismo, los adornos recargados con miles de luces, las decoraciones multicolores y las fiestas emocionales que nada tienen que ver con el cristianismo.
Por ello, estamos invitados a reflexionar acerca del significado de las posadas, preguntándonos, ¿para qué surgieron?
La Misas de Aguinaldo
Es bien sabido que los primeros misioneros se encontraron con varios obstáculos para evangelizar a los nativos de la recién descubierta América. Por eso, las representaciones teatrales fueron una útil herramienta para romper la barrera del idioma, porque entendían bien el mensaje que se les daba.
Con esa idea, el superior del convento de san Agustín de Acolman, fray Diego de Soria, en 1587 obtuvo del Papa Sixto V un permiso que autorizaba en la Nueva España la celebración de unas Misas llamadas "de Aguinaldo", en las que se intercalaban pasajes de la Navidad.
Con los años, se agregaron elementos como los villancicos y la piñata. El centro de todo eran María y José, que durante nueve días peregrinaban para llegar a Belén a empadronarse en el censo ordenado por el emperador Augusto, como lo narra el Evangelio de san Lucas.
Al paso de los años, la gente de los barrios organizaba sus posadas, en las que se rezaba el santo rosario y se transportaba el "misterio", que son las figuras de san José jalando un burrito, en el que va sentada la santísima Virgen María embarazada.
El canto de las estrofas para pedir posada era el elemento infaltable, y por fin, al ser recibidos los Santos Peregrinos, la alegría de los participantes se desbordaba al romper la piñata y compartir los "aguinaldos", bolsitas con dulces y fruta que hacía la delicia de chicos y grandes.
Las posadas actuales
En este tiempo las posadas han perdido su sentido original, ya que a cualquier fiesta decembrina se le da ese nombre. Y lo que más llama la atención es que se han descristianizado dejando solamente una reunión vacía en la que se intercambian regalos y abundan la comida, bebida y música.
¿Y los Peregrinos que están buscando un lugar donde descansar para que nazca el Niño Dios, el motivo de la fiesta de la Navidad? Han desaparecido del cuadro.
Ojalá que en nuestras familias y con nuestros vecinos, rescatemos el sentido real de las posadas, regresando su lugar a la Sagrada Familia, ya que ella originó esta hermosa época en la que casi todos nos sentimos felices y con deseos de dar y recibir amor y paz.