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La Iglesia universal se une de manera especial durante la celebración de la santa Misa, lo que queda expresado en el prefacio de la plegaria eucarística, cuando el sacerdote menciona a los ángeles y los santos.
La Iglesia en pleno
Para que el concepto quede más claro, hay que recordar Los tres estados de la Iglesia:
"Hasta que el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte, tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando 'claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es' (LG 49)".
De este modo, los que estamos en la tierra y pertenecemos a la Iglesia peregrina, nos unimos con la Iglesia purgante y la Iglesia triunfante para dar honor y gloria a Dios en la sagrada Eucaristía.
Por eso, la Plegaria Eucarística nos recuerda durante el Prefacio que toda la Iglesia se une para la Acción de gracias, en la cual:
"... el sacerdote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios Padre y le da gracias por toda la obra de salvación..."
Así mismo, durante la Aclamación, toda la asamblea se une a los coros celestiales para entonar el Santo. Así lo escuchamos en el Prefacio:
"Por eso, unidos a los coros de los ángeles y los santos, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo..."
La comunión de los santos
De este modo, entendemos que el Espíritu Santo nos reúne en torno al altar para unirnos íntimamente a Cristo:
"En efecto, así como la unión entre los cristianos todavía en camino nos lleva más cerca de Cristo, así la comunión con los santos nos une a Cristo, del que mana, como de fuente y cabeza, toda la gracia y la vida del Pueblo de Dios".
Unidos como familia de Dios
Y por si esto fuera poco, nos congregamos en la única familia de Dios:
"Todos los hijos de Dios y miembros de una misma familia en Cristo, al unirnos en el amor mutuo y en la misma alabanza a la Santísima Trinidad, estamos respondiendo a la íntima vocación de la Iglesia (LG 51)".
Esta comunión se ve reflejada durante el momento de las intercesiones:
"...por las cuales se expresa que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia, tanto con la del cielo, como con la de la tierra; y que la oblación se ofrece por ella misma y por todos sus miembros, vivos y difuntos, llamados a participar de la redención y de la salvación adquiridas por el Cuerpo y la Sangre de Cristo".
Por eso, cada vez que vayas a Misa, recuerda que los ángeles y los santos están unidos a nosotros en sublime adoración a Dios, y siéntete infinitamente amado por Cristo.