Respondemos a una lectora de Aleteia: por qué el Credo de Nicea no incluye este dogmaQué ganas tenía de que se hablase de la Comunión de los Santos que para mí siempre ha sido algo que ha llenado mi vida. Y ahora os pregunto algo que nadie me ha contestado: ¿por qué en el Credo que llamamos”largo” no se nombra la comunión de los Santos? Gracias (A.O. desde FB)
En la liturgia se utilizan dos símbolos de la fe o credos, de empleo alternativo: el llamado símbolo apostólico –el más corto de los dos-, y el llamado símbolo niceno-constantinopolitano (suele resumirse como niceno para no pronunciar una palabra tan larga) –el más largo-.
Sin embargo, a pesar de que se utilicen los dos como profesión de fe en la Misa, tienen orígenes distintos, y no solo de lugar. Responden a necesidades distintas.
El Símbolo de los Apóstoles (en realidad no es de ellos) tiene origen en la diócesis de Roma, y en la catequesis. Se trataba de presentar a los catecúmenos un resumen a la vez bastante sencillo y bastante completo de la fe católica.
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El Símbolo niceno-constantinopolitano, en cambio, procede de un concilio ecuménico; o, mejor dicho, de dos: el de Nicea y el de Constantinopla, ambos del siglo IV.
En esos concilios se trató fundamentalmente de definir la doctrina católica frente a las herejías trinitarias, especialmente el arrianismo que no reconoce al Hijo como consustancial al Padre (Nicea), y el llamado macedonianismo que hacía lo mismo con respecto al Espíritu Santo (Constantinopla).
El símbolo de la fe era un resumen de lo allí concluido y definido. Por eso se refiere a la Trinidad en la mayor parte de su extensión, y al final también se refiere a un par de cosas que alguno ponía en duda por aquellos años. Y nada más.
Por tanto, en su origen no pretendía ser un resumen de la fe católica, ni su utilización en la catequesis.
Esta es la razón por la cual la comunión de los santos aparece precisamente en el símbolo más breve, y no en el más largo.