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Diaconado femenino, descentralización… El programa del Sínodo para la Iglesia del mañana

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I.Media - publicado el 28/10/24
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Después de tres años de reflexión, el Sínodo sobre la sinodalidad concluyó la tarde del 26 de octubre de 2024 con la votación de un documento final. Diaconado femenino, descentralización, ascenso del poder de los laicos y cultura de la transparencia… Descifrado de los puntos principales

El Papa Francisco declaró que aprobaba “expresamente” el Documento final del sínodo sobre la sinodalidad y que no presentaría una exhortación apostólica postsinodal. Por tanto, el texto entra inmediatamente en el magisterio del Papa. Este último, sin embargo, se tomó la molestia de precisar que no era normativo.

Numerosos incentivos y propuestas se encuentran esparcidos a lo largo de este documento, que consta de 155 párrafos. Está muy presente la cuestión del lugar y del papel de la mujer en la Iglesia, muy debatida durante el último mes de trabajo. La cuestión específica del diaconado femenino, evacuada de esta última sesión por el Papa, resurge en un párrafo, prueba de la determinación de algunos miembros de no ver esta reflexión empantanada.

Más allá de propuestas singulares – como la celebración de un Sínodo para Oriente Medio, el hecho de que los laicos puedan celebrar matrimonios o incluso una reflexión sobre un ministerio de escucha – este Sínodo sienta las bases de una mayor descentralización en la Iglesia católica. Confirma el deseo de que los laicos asuman responsabilidad en el gobierno de las parroquias y diócesis. Además, el documento aboga repetidamente por el establecimiento de una cultura de transparencia en la Iglesia para combatir el clericalismo y todo tipo de abusos.

Por una mayor participación de laicos, hombres y mujeres

1Vuelve la reflexión sobre el diaconado femenino

Tema muy sensible desde el inicio del Sínodo, la cuestión del acceso de las mujeres al ministerio de diácono no fue unánime en la asamblea. El párrafo 60 del documento final es, de hecho, el que provocó la mayor resistencia: 97 personas expresaron su oposición en el momento de la votación.

El pasaje en cuestión afirma en particular que "la cuestión del acceso de las mujeres al ministerio diaconal sigue abierta". Según nuestra información, esta simple mención no estaba presente en el borrador del documento y, por lo tanto, fue añadida con las enmiendas presentadas esta semana por los miembros del Sínodo. “Es apropiado continuar con el discernimiento a este respecto”, añaden sobriamente los editores.

Sin embargo, esta pregunta había sido extraída de los debates de la asamblea, ya que el Papa había confiado los temas más delicados del Sínodo a 10 grupos de trabajo que informarán sus conclusiones en junio de 2025. Pero una parte de la asamblea hizo saber su descontento, cuestionando en particular el jefe del grupo de trabajo en cuestión, el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. En mayo pasado, el Papa Francisco descartó claramente en una entrevista la posibilidad de ordenar mujeres como diáconos. Ver el tema regresado en un documento final aprobado por el pontífice demuestra que el Sínodo ha movido líneas.

"No hay ninguna razón para impedir que las mujeres asuman roles de liderazgo en la Iglesia", insiste también la asamblea en el mismo párrafo, que deplora los "obstáculos" que encuentran para su participación en la vida de la Iglesia. En cuanto al diaconado permanente –reservado a los hombres–, el documento final pide que se profundice y se promueva en las regiones donde sigue siendo poco conocido.

2La obligación de los consejos parroquiales con los laicos

Para fomentar una “mayor participación de los laicos en los procesos de discernimiento de la Iglesia y en todas las fases de los procesos de toma de decisiones (redacción y toma de decisiones)”, el Sínodo pide hacer “obligatorios” (104) los “órganos de participación” previstos por el Derecho Canónico, como el Consejo Pastoral Diocesano, el Consejo Pastoral Parroquial o incluso los Consejos de Asuntos Económicos.

La obligatoriedad de esta medida debería modificar la gobernanza de muchas Iglesias locales, aunque muchas, especialmente en Occidente, ya han integrado estos mecanismos.

3¿Hacia más ministerios laicos?

El Sínodo pide promover más “ministerios laicos”, aquellos servicios que no requieren ordenación (66), como el lectorado y acolitado, recientemente abierto a las mujeres, y el de catequista, creado por el Papa en 2021.

Estos ministerios también pueden ser instituidos –es decir, confiado de manera duradera a un fiel– o no. Los pastores están así invitados a la “creatividad” y al “discernimiento” para responder a las necesidades pastorales, “y no solo en el ámbito litúrgico”.

4¿Hacia un ministerio de escucha?

Entre los nuevos ministerios estudiados por la asamblea durante este mes de debates, surgió la propuesta de crear un ministerio de “escucha y apoyo”. En el documento final no se acepta como unánime. Algunos han objetado, por ejemplo, que esta es “la tarea de todos los bautizados”. Otros han propuesto que este ministerio “tiene como objetivo particular acoger a quienes están al margen” de la Iglesia. Se solicita mayor discusión sobre este tema (78).

5¿Laicos para celebrar matrimonios?

Siempre con esta perspectiva de los ministerios, la asamblea propone examinar "la posibilidad de ampliar y estabilizar" la celebración de los bautismos y matrimonios por parte de los laicos, que por el momento sigue siendo una excepción permitida bajo ciertas condiciones (76).

6Liturgias donde los laicos estarían más involucrados

“Adoptar estilos de celebración que manifiesten el rostro de una Iglesia sinodal”. Teniendo esto en cuenta, el Sínodo pide la creación de un nuevo grupo de estudio sobre el vínculo entre “liturgia y sinodalidad”. Este grupo también podría encargarse de “predicar en las celebraciones litúrgicas”, podemos leer. El artículo 27, que contiene esta propuesta, se encuentra entre los que recibieron el apoyo menos unánime.

La cuestión de permitir a los laicos predicar durante las Misas estaba en el programa de este mes de trabajo en Roma. Si no hay consenso, los miembros del Sínodo, al hacer esta petición, desean continuar la reflexión. Hoy en día, el derecho canónico reserva la predicación de la homilía a los miembros del clero (obispos, sacerdotes o diáconos).

7Mujeres en seminarios

El documento pide una revisión completa de la formación en los seminarios, con el fin de sensibilizar a los candidatos al sacerdocio en “un estilo sinodal” (148) “Esto significa que deben prever una presencia significativa de figuras femeninas”, se dice , indicado en el apartado 148, que dio lugar a 40 objeciones.

El documento menciona la importancia de “la educación en colaboración con todos los miembros de la Iglesia”, y también pide implementar una forma de diversidad (entre hombres y mujeres, y entre diferentes estados de vida) en los estudios teológicos, incluidos los destinados a los candidatos para el sacerdocio. El documento subraya la importancia de la formación “en todas las dimensiones de la persona (intelectual, emocional, relacional, espiritual)”.

Por una descentralización de la Iglesia

8Comprender mejor el alcance del obispo de Roma

El texto insiste en el lugar singular del Papa, recordando que en los Evangelios Pedro desempeñó “un papel especial” con Jesús, en particular en la historia de la pesca milagrosa (109).

Nos invitan a “revisar también a la luz de la sinodalidad los modos de ejercicio del ministerio del Obispo de Roma”. “Como sucesor de Pedro, tiene un papel único que desempeñar en la salvaguardia del depósito de la fe y de la moral, garantizando que los procesos sinodales sean fructíferos para la unidad y el testimonio”, especifican (131).

También se aborda la cuestión de la subsidiariedad: “Podríamos identificar, a través de un estudio teológico y canónico, las materias que deben reservarse al Papa (reservatio papalis) y aquellas que pueden ser remitidas a los obispos en sus Iglesias o grupos de Iglesias”, apartado 134.

9Comprender mejor la autoridad de las conferencias episcopales

Los participantes en el Sínodo piden seguir reflexionando sobre “el estatuto teológico y jurídico de las conferencias episcopales” y aclarar “su competencia doctrinal y disciplinaria” (125).

El documento pide también "una mejor clarificación del estatuto teológico y canónico" de las conferencias continentales y de las asambleas eclesiales continentales -que incluyen a los laicos-, cuyo "patrimonio" piden que sea valorado a la luz de las experiencias positivas vividas en el marco de esta proceso sinodal.

Los participantes también invitan a relanzar los “consejos particulares”, vistos como una herramienta para una “sana descentralización” (129). La Iglesia católica en Australia llevó a cabo un experimento de este tipo entre 2018 y 2022, en un contexto de crisis de abusos.

10¿Organismos “deliberativos” junto a los obispos?

Los miembros del Sínodo desean promover las asambleas consultivas. En el documento esperan que, cuando tales asambleas produzcan un correcto discernimiento, no puedan ser ignoradas por la autoridad episcopal, se lee en el párrafo 92, uno de los más cuestionados durante las votaciones.

Si bien se reconoce que el obispo conserva el poder de tomar decisiones, se requiere una revisión del derecho canónico que ponga mayor énfasis en el aspecto “deliberativo” y no solo consultivo de dichos órganos.

11Para que los obispos deleguen más

“Es importante ayudar a los fieles a no cultivar expectativas excesivas y poco realistas en el obispo, recordando que él también es un hermano frágil, expuesto a la tentación, que necesita ayuda como todos los demás”, insisten en el párrafo. 71.

"Una visión idealizada del obispo no facilita su delicado ministerio, que por el contrario se apoya en la participación de todo el pueblo de Dios en la misión en una Iglesia verdaderamente sinodal", explican, invitándonos a identificar mejor las misiones que el obispo puede delegar.

El Sínodo pide de manera más amplia “un discernimiento más valiente de lo que pertenece propiamente al ministerio ordenado y de lo que puede y debe delegarse a otros” (74). Este reparto de tareas y responsabilidades permitirá luchar contra “los abusos sexuales, económicos, de conciencia y de poder por parte de los ministros de la Iglesia”, escriben.

12Mejor estructurar la solidaridad entre las Iglesias

El documento utiliza en numerosas ocasiones la expresión "intercambio de dones", con el fin de animar a las iglesias locales a apoyarse mutuamente según sus fortalezas y debilidades. El texto saluda especialmente las nuevas formas de cooperación eclesial que están surgiendo “en grandes áreas geográficas supranacionales e interculturales como el Amazonas, la cuenca del río Congo y el mar Mediterráneo”.

Sin embargo, es necesario estructurar mejor las diferentes formas de apoyo, en particular en lo que respecta a la movilidad de los sacerdotes. “Los sacerdotes que acuden en ayuda de las Iglesias pobres en clero” deben ser “no solo un remedio funcional, sino un recurso para el crecimiento de la Iglesia que los envía y de la Iglesia que los recibe”. También se pide un esfuerzo para rastrear la ayuda económica: “Debemos asegurar que la ayuda económica no degenere en asistencia, sino que promueva la solidaridad evangélica y se gestione de manera transparente y fiable” (121).

Contra el abuso, una cultura de transparencia y evaluación

13lucha “constante” contra los abusos en la Iglesia

En varias ocasiones, el documento final vuelve a los “demasiados escándalos de abusos” cometidos dentro de la Iglesia católica. En respuesta, los miembros del Sínodo insisten en establecer una cultura de protección para que la Iglesia sea siempre un lugar seguro para los menores y las personas vulnerables (150).

Reconociendo los esfuerzos realizados en la lucha contra los abusos, desean su continuación y abogan en particular por una formación obligatoria para todos aquellos que trabajan con menores y personas vulnerables en el marco de la Iglesia. A nivel local, también mencionan el establecimiento de informes anuales que incluyan las iniciativas tomadas en términos de “salvaguardia”.

14Transparencia contra el clericalismo

Una gobernanza transparente debe permitir luchar contra la cultura clerical, explican los miembros del Sínodo. “La transparencia y la rendición de cuentas no deberían exigirse únicamente en casos de abuso sexual, financiero o de otro tipo. Se refieren también al estilo de vida de los pastores, a los planes pastorales, a los métodos de evangelización y al modo en que la Iglesia respeta la dignidad de la persona humana, por ejemplo en lo que respecta a las condiciones de trabajo dentro de sus instituciones, se lee en el párrafo 98.

Además, insisten en la participación de “miembros competentes” en la planificación pastoral y económica de las iglesias locales. En cuanto a la cultura de la “ rendición de cuentas ”, insisten en la elaboración de informes anuales, especialmente en materia financiera.

15Evaluar esfuerzos en términos de sinodalidad

Los miembros del Sínodo tienen previsto evaluar los “progresos realizados” en términos de participación de todos los católicos en la vida de la Iglesia. Aconsejan a las conferencias episcopales que, en colaboración con la secretaría general del Sínodo, en Roma, identifiquen personas capaces de apoyar este movimiento. En términos más generales, aconsejan el establecimiento de procedimientos de evaluación periódica del “desempeño de todos los ministerios y misiones dentro de la Iglesia”.

Otras propuestas contenidas en el documento final

16Hacia un Sínodo sobre las Iglesias orientales

La asamblea sinodal propone la convocatoria de un “Sínodo especial” para “promover” la consolidación y renovación de las Iglesias católicas orientales. En 2010, el Papa Benedicto XVI ya había convocado un sínodo para Oriente Medio, pero la situación de estas Iglesias ha evolucionado significativamente después de más de una década de grandes crisis en la región.

Se propone también la institución de un “Consejo de Patriarcas, Arzobispos Mayores y Metropolitanos de las Iglesias católicas orientales, presidido por el Papa”. Finalmente, el documento pide la creación de instrumentos que ayuden a la colaboración entre las Iglesias latinas y orientales en relación con los católicos orientales exiliados en países de tradición latina, con el objetivo de proteger su tradición y promover “intercambios de dones”.

17Un Observatorio Eclesial de la Discapacidad

El texto pide la creación de un “Observatorio Eclesial de la Discapacidad”. Condena enérgicamente toda discriminación contra las personas con discapacidad y pide que sean valoradas como “sujetos activos de evangelización”. También deplora la presencia de ciertas “actitudes paternalistas y de compasión” hacia las personas con discapacidad dentro de la Iglesia.

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