Desde muy joven, el Beato Carlo Acutis mostró un interés especial por los ángeles. Muy pronto, tuvo una experiencia concreta de la ayuda de su ángel de la guarda que reforzó su fe y su interés por estos mensajeros celestiales.
Este joven italiano, que pronto será canonizado, dio incluso un nombre a su ángel de la guarda, Gabriel. Dijo que, en su opinión, se parecía al ángel sonriente de la catedral de Reims.
He aquí algunos consejos que el joven friki de Dios podría dar hoy para profundizar en su relación con estas criaturas espirituales.
1PIDE AYUDA A TU ÁNGEL DE LA GUARDA
Los ángeles acompañan a cada persona, desde su nacimiento hasta su muerte, y trabajan en favor de las personas durante toda su vida. Los salmos nos lo recuerdan: "[Dios] encarga a sus ángeles que te guarden en todos tus caminos; te llevarán de la mano para que tu pie no tropiece con las piedras" (Sal 90,11-12).
Protegen y defienden de los peligros, tanto externos como internos, aconsejando y guiando a cada persona por el camino de la vida. San Luis Gonzaga llegó a afirmar que el ángel de la guarda podía consolar a un alma en el Purgatorio, mientras esperaba su entrada en el Cielo.
Como muchos santos, Carlo Acutis también tenía la costumbre de pedir ayuda a su ángel de la guarda en la vida cotidiana, sobre todo para combatir sus propios defectos. También solía aconsejar a los niños a los que enseñaba en sus clases de catecismo: "Pidan ayuda a su ángel de la guarda, que debe convertirse en su mejor amigo".
Este era uno de los siete consejos que le gustaba dar a los jóvenes beatos para ayudarles a alcanzar la santidad.
2LEER RELATOS DE APARICIONES DE ÁNGELES
Muchos santos han dedicado textos al mundo invisible y a sus ángeles, y algunos incluso han tenido la gracia de tener apariciones. Santa Gemma Galgani, San Francisco de Asís, Santa Faustina Kowalska, Santa Catalina Labouré…
Algunos tuvieron la gracia de poder hablar constantemente con su ángel de la guarda, de verle rezar y contemplar a Dios, o de ser salvados milagrosamente por él. Las experiencias místicas de estos santos tuvieron un profundo efecto en el joven Carlo.
Se sintió tan conmovido que incluso planeó crear una exposición virtual sobre este tema, que no pudo realizar debido a su prematura muerte a los 15 años a causa de una leucemia. Sin embargo, su sueño se hizo realidad unos años más tarde gracias a un periodista italiano que dio vida al proyecto.
Como en el caso de Carlo, la lectura de estas historias sobrenaturales puede recordarnos la existencia de estos ángeles y animarnos a establecer una relación más íntima con ellos.
3VISITAR SANTUARIOS DEDICADOS A LOS ARCÁNGELES
La relación de Carlo Acutis con los ángeles también se fortaleció tras una peregrinación familiar al santuario de San Miguel Arcángel, en el monte Gargano, al sur de Italia. Según una obra hagiográfica, el Arcángel san Miguel se apareció varias veces a san Lorenzo Maiorano en el siglo V. El mismo Padre Pío solía enviar a este santuario a personas especialmente atormentadas por el mal.
Carlo Acutis quedó muy impresionado por este santuario, y desde entonces adquirió la costumbre de rezar más a su ángel de la guarda y a los nueve coros de ángeles, en particular recitando la corona angélica.
En Europa y en todo el mundo, existen numerosos santuarios dedicados a san Miguel Arcángel, entre ellos, por supuesto, el famoso Monte Saint Michel, donde el Arcángel se apareció en 709 al obispo de Avranches, san Aubert.
El ejemplo del beato Carlo Acutis nos invita a todos a redescubrir la presencia de estas criaturas celestiales en nuestra vida cotidiana, a conocerlas y a rezarles en todas las circunstancias de nuestra vida.