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La Biblia es un resumen de la historia de la salvación y, a la vez, Palabra de Dios que
trasciende el tiempo. Cualquiera puede identificarse con las situaciones que viven sus
personajes y hacer propias sus palabras y oraciones en distintos momentos, también
en las situaciones límites:
1Injusticia
Ante situaciones injustas, a pequeña o gran escala, cuando un “superior” abusa de su fuerza o posición, o se mantienen desigualdades que agotan y te cuesta soportar, reza esta oración del libro de Baruc (2,18):
“Son los que viven agobiados por la tristeza,
los que caminan encorvados y sin fuerzas,
los de ojos mortecinos y estómago consumido por el hambre;
esos son, Señor, los que te dan gloria y reconocen tu justicia”.
2Desprecio
Sentirse despreciado es un peso que puede sobrellevarse con alegría, pero a veces también puede hundirte, sobre todo cuando viene de alguien a quien amas o de quien esperabas reconocimiento. Es momento de acudir más arriba, a Aquel que no te exige que seas como no eres, sino que te ama tal y como estás. Rézale esta oración del Libro de Judit (9,11) que te adentra en su escala de valores:
“Tu poder no está en el número,
ni tu señorío se apoya en los guerreros,
sino que eres Dios de los humildes,
ayuda de los pequeños,
defensor de los débiles,
protector de los abandonados,
salvador de los desesperados”.
3Soledad
Incluso estando junto a mucha gente, ¿te has sentido extraño a todos? En los momentos en que te ves como un pequeño punto en medio de un desierto silencioso, puedes rezar el salmo 22, dirigiéndote al único que nunca te abandonará, y esperar en silencio su respuesta:
“No te alejes de mí,
que la angustia está cerca,
y no hay nadie que pueda ayudarme”.
4Enfermedad
La corrupción del cuerpo puede llegar a ser muy dolorosa. Algunos dicen que lo peor es el miedo… Esta oración del profeta Isaías (38,14) pide alivio, fin del sufrimiento, salud, pero también conformidad y esperanza en la verdadera vida:
“Estoy piando como una golondrina,
Gimo como una paloma.
Se me cansan los ojos de mirar al cielo.
¡Señor, sácame de esta tribulación!
¿Qué diré para que me responda?
Es él quien lo ha hecho.
Terminaré el curso de mi vida con el alma destrozada.
El Señor está con los suyos.
Ellos vivirán, y su espíritu los animará;
Tú me curarás y me harás revivir”.
5Violencia
Cuando alguien quiere dañarte o hacerte desaparecer, cuando te golpea con fuerza la violencia, con agresiones verbales, físicas, tortura, guerra, terrorismo,… reza el salmo 54. Él te escucha:
“Oh Dios, por tu Nombre sálvame; por tu poder hazme justicia.
Oh Dios, escucha mi plegaria, escucha las palabras de mi boca,
pues se alzan contra mí los arrogantes y buscan mi muerte los violentos”.
6Ceguera
Cuando lo ves todo negro y el pesimismo o la ignorancia te ciegan, reza con las palabras del hijo de Timeo a quien Jesús devolvió la vista:
“Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí”.
7Desgracia
Todo tipo de cosas pueden pasar en esta vida: accidentes, catástrofes naturales, muertes repentinas,… a veces las cosas se tuercen y los planes se truncan. Son momentos para recordar quiénes somos y a quién pertenecemos, como hizo Job en esta oración:
“Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá retornaré.
Yahveh dio, Yahveh quitó: ¡Sea bendito el nombre de Yahveh!”
8Ambición
Ese momento en que te das cuenta de que vas por mal camino, de que estás cayendo en un engaño que puede conducirte al vacío y a la desesperación, requiere sinceridad ante Dios. Empieza un rato de oración y discernimiento rezando el salmo 139:
“Examíname, oh Dios, mira mi corazón,
ponme a prueba y conoce mi inquietud;
fíjate si es que voy por mal camino y condúceme por la antigua senda”.
9Duda
La desconfianza puede llevarte a una situación límite. Sin fe, desaparece la luz y la alegría, todo pierde su sentido… Un día, el padre de un epiléptico le rogó a Jesús que curara a su hijo, y Él le respondió que todo es posible para el que tiene fe. Fue entonces cuando el hombre le gritó esta oración, que puedes repetir cada momento de duda:
“¡Creo, pero ayúdame a tener más fe!”
10Tentación
¿Has pensado en dejarte llevar por el odio, en abandonar a esa persona que te necesita, en dejar de luchar? ¿Se te ha pasado por la cabeza dejar de creer y tirar la toalla? Son muchas las maneras en que el Maligno trata de alejarte del Amor, y dos los consejos que Jesús da, antes de ser apresado para su ejecución: “Velad y orad para no caer en la tentación”. Ora cuando sientas la tentación tomar fuerza en ti desde tu corazón. Puedes rezar esta parte del Padrenuestro:
“No nos dejes caer en la tentación y líbranos del maligno”.
11Incertidumbre
No saber por dónde tirar puede estresar; por ejemplo, cuando se abren varias posibilidades en el camino y no quieres equivocarte, o cuando no ves ninguna salida. Es el momento de confiar, de responder a quien te ha probado que te ama. Empieza rezándole a Dios con estas palabras que la Virgen María dirigió al arcángel san Gabriel:
“Hágase en mí según tu palabra”.
12Muerte
La hora de la verdad, de confiar plenamente en Dios, aceptar su invitación e ir con Él. Puedes vivirla con las últimas palabras de Jesús antes de morir:
“En tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu”.