Tim Bushe vive en una calle de Islington, Londres, y lleva 15 años podando setos. Es su afición, su expresión artística, una forma de recaudar fondos para su hermana con síndrome de Down, pero sobre todo, es una manera de mantener vivo el recuerdo de su difunta esposa.
"Este es su legado", declaró Bushe a CBS News. Philippa y él se conocieron de adolescentes en la escuela de arte y pasaron 47 años de su vida juntos.
Las tijeras eléctricas se convirtieron en su pincel
Un día, Philippa estaba mirando por la ventana y le pidió a Tim que le diera forma de gato al seto que había junto a su casa. Tim se dio cuenta de que la tijera eléctrica podía convertirse en su pincel, y Philippa no tardó en sugerirle que hiciera también el seto del vecino.
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El vecino era discapacitado físico y no podía arreglar su seto, así que aceptó la oferta de ayuda de Tim y su seto se convirtió en un gato gigante, de modo que al final Philippa consiguió la vista que quería.
El caritativo
Bushe, que trabajaba como arquitecto, perdió a su mujer de cáncer de mama hace siete años. En memoria de ella y de su idea, decidió seguir diseñando los setos de sus vecinos hasta que la carretera se llenara de elefantes, hipopótamos, peces y otras obras de arte.
El borde vivo, plasmado en diversas esculturas, no es un fin en sí mismo. Con cada encargo, Bushe recauda dinero para un fondo que cuida de su hermana con síndrome de Down y otro que dona a causas medioambientales.
"Ahora somos una atracción turística en Google Maps", dice Polly Barker, vecina de Tim, señalando el seto de su jardín, inmaculadamente recortado para mostrar la famosa escultura de Henry Moore, La figura reclinada.
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"Si Philippa viviera ahora, creo que se asombraría de cómo ha salido todo", dice Tim, y añade que piensa seguir adelante "hasta que me caiga de la escalera".