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15 de abril de 2019, arde Notre Dame. Miles de turistas y fieles, parisinos y transeúntes, contemplan atónitos cómo la aguja de Viollet-le-Duc se derrumba en llamas. Ante este espectáculo infernal, "hacía falta mucha esperanza e imaginación", en palabras de Mons. Laurent Ulrich, arzobispo de París, para concebir que la catedral resurgiera de sus cenizas.
Sin embargo, el 8 de diciembre, la Iglesia, la diócesis, París y Francia se preparan para celebrar la reapertura de Notre-Dame, a la que seguirán seis meses de celebraciones y ceremonias hasta Pentecostés de 2025.
El martes 25 de junio, unos meses antes de la reapertura, la diócesis de París y la institución pública Rebâtir Notre Dame presentaron el nuevo recorrido turístico, completamente rediseñado, que permitirá a visitantes y peregrinos redescubrir la catedral, más flamante que nunca.
Una ruta de evangelización
Este nuevo itinerario, completamente rediseñado, ha sido concebido para evangelizar a los peregrinos y a los visitantes, "dos realidades que no deben distinguirse", subrayó Mons. Ulrich. Todos son esperados y deseados: Notre Dame es un lugar de testimonio gozoso de nuestra fe y de acogida fraternal para todos". "Todos los visitantes son Claudels en potencia", sonríe Mons. Olivier Ribadeau Dumas.
Para acoger a los 15 millones de visitantes que se esperan en el año de su reapertura, el rector-arcipreste de la catedral se dejó guiar por la palabra "visitantes", en la que se encuentra la palabra Visitación, cuando María fue al encuentro de su prima Isabel. "Visita y encuentro son, pues, inseparables, y el recorrido se concibió para favorecer el encuentro con Dios".
El arte ha encontrado así un lugar esencial en el recorrido, sublimado por una iluminación concebida para subrayar la belleza que revela el Creador. "El reto era doble", explica el obispo Olivier Ribadeau Dumas. "Notre Dame es una joya de nuestro patrimonio, pero sobre todo es un lugar de culto, por lo que teníamos que diseñar el recorrido en torno a estas dos dimensiones".
Así pues, los visitantes entrarán por el portal central del Juicio Final, mientras que antes del incendio accedían a la catedral por el portal Sainte-Anne dedicado a la infancia de Cristo, al sur, a la derecha. A partir de ahora, los visitantes podrán recorrer el edificio de norte a sur (de izquierda a derecha), cuando antes lo hacían de sur a norte.
De la muerte a la resurrección
Mientras que las vidrieras de las capillas de la nave norte, conocidas como el "Callejón de la Promesa", están dedicadas a la vida pública de Jesús, las de las capillas de la nave sur están dedicadas a Pentecostés, después de la Resurrección. "Pasar de la oscuridad a la luz, de la muerte a la Resurrección, nos parecía más coherente con el enfoque evangelizador que queríamos poner en marcha", explica el rector de la catedral. En el centro, en el extremo oriental de la catedral, el relicario de la corona de espinas, diseñado por Sylvain Dubuisson, colocado en la capilla axial, expresará este pasaje evocando la Pasión de la que la catedral guarda la reliquia.
Todas las capillas de las naves sur y norte han recibido nuevos títulos. Las del norte están ahora vinculadas a una figura del Antiguo Testamento que precedió a Cristo, mientras que las del sur están ahora dedicadas a un santo de la historia de París. Todas las obras se han reorganizado para ilustrar de forma didáctica los títulos de las capillas. Los mayos se colgarán en las naves laterales en dos ciclos coherentes, uno dedicado a san Pedro y otro a san Pablo.
Un nuevo sistema digital
Para la reapertura también se pondrá en marcha un nuevo sistema digital de reservas gratuito, a través de una aplicación de mediación específica, que permitirá a los visitantes reservar una franja horaria, por horas o medias horas, que garantizará el acceso a la catedral en los 30 minutos siguientes a la hora de la reserva.
"Esto no impedirá que los visitantes que no estén familiarizados con la tecnología digital entren en la catedral, ya que se dedicará otra cola a los visitantes que no hayan hecho una reserva", explica Olivier Josse, secretario general de la catedral.
Los fieles que asistan a los oficios tendrán acceso directo a la nave. "La reapertura de Notre-Dame será una ocasión de alegría", anuncia el obispo Olivier Ribadeau Dumas. "El incendio no debe ser el único acontecimiento que deje huella en la memoria de la gente: la reapertura también debe quedar grabada en la mente de la gente como un recuerdo alegre y memorable. Que París y Francia lo celebren".