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Dos nuevos mártires de la Guerra Civil española

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I.Media - publicado el 15/04/24
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El Papa Francisco autorizó la publicación del decreto que reconoce formalmente el martirio de Antonio Tort Reixachs, laico y padre de 11 hijos; y del padre Gaetano Clausella Ballvé, capellán de una residencia de ancianos

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Durante la audiencia concedida el 13 de abril de 2024 al cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Papa Francisco autorizó la publicación del decreto que reconoce formalmente el martirio de un sacerdote y un laico catalanes, mártires por "odio a la fe" en 1936 durante la Guerra Civil española.

El padre Gaetano Clausella Ballvé, nacido en 1863 en Sabadell (Cataluña), era capellán de una residencia de ancianos. Milicianos le dispararon por la espalda en la madrugada del 15 de agosto de 1936, 10 días después de cumplir 73 años.

Laico y padre de 11 hijos, Antonio Tort Reixachs, nacido en Barcelona en 1895, fue atacado por hombres armados por haber dado cobijo en su casa a religiosos. En la noche del 3 al 4 de diciembre de 1936, su casa fue saqueada y las imágenes sagradas destruidas. Fue torturado en un convento convertido en prisión y después asesinado a tiros cerca del cementerio de Montcada.

El reconocimiento del martirio de estos dos hombres allana el camino para su próxima beatificación, que tendrá lugar en Cataluña.

Beata Elena Guerra y Sierva de Dios Teresa Lanfranco

Dos religiosas italianas también se ven afectadas por los decretos promulgados el 13 de abril. Uno de ellos se refiere al milagro atribuido a la beata Elena Guerra (1835-1914), fundadora de la Congregación de las Oblatas del Espíritu Santo, conocidas como las "Hermanas de Santa Zita", que por ello será canonizada próximamente. Beatificada en 1959 por Juan XXIII, que la llamó "apóstol del Espíritu Santo", esta italiana entró en la vida religiosa tras asistir a una sesión del Concilio Vaticano I en 1870.

Por último, un decreto reconoce las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Teresa Lanfranco (Annunziata Addolorata en su nombre civil, 1920-1989), que ayudó a fundar la Congregación de las Hijas de Santa María de Leuca en 1941. Todavía se necesita un milagro para la beatificación de esta monja, que trató de ayudar a preservar la unidad de su comunidad a pesar de las disidencias internas de los años 50 y 60.

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