Aunque se encuentren en el tiempo de ínter campañas (es decir, no en campaña hacia el electorado sino hacia los militantes de las coaliciones que las apoyan), en una misma semana tanto la candidata del Frente Amplio por México (FAM), Xóchitl Gálvez Ruiz, y la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Claudia Sheinbaum Pardo, trasladaron la contienda electoral al Vaticano.
Con diferencia de dos días, las políticas mexicanas fueron recibidas en audiencia privada por el Papa Francisco. Los detalles de las conversaciones sostenidas con el Pontífice no fueron dados a conocer por los encargados de la comunicación del Papa, pero tanto Gálvez como Sheinbaum se apresuraron a contarlos en sus cuentas privadas de redes sociales.
El asunto no pasó desapercibido en la prensa mexicana, sobre todo porque se trata de algo absolutamente inusual en un país cuya Constitución laicista –aunada a la autocensura de los católicos— limitaba la exposición de los aspirantes a puestos de elección popular a publicar sus encuentros y cercanías con la Iglesia católica o con alguno de sus representantes.
Sin embargo, las cosas han cambiado radicalmente en la política mexicana. Un país con más de 80 por ciento de la población que se declara católica no podía seguir sosteniéndose en la simulación que imponían las leyes y las interpretaciones oficialistas que se hacían de ellas. El Papa Francisco lo ha entendido de esta forma y ha alentado a ambas candidatas –de partidos de signos opuestos—a actuar por el bien de los mexicanos.
Declaraciones similares
La que primero tomó el camino a Roma, el martes 13 de febrero, fue Gálvez Ruíz quien, posterior al encuentro, escribió:
“Me reuní en el Vaticano con Su Santidad a quien reafirmé mi fe por Dios y la Iglesia católica. Sostuvimos un diálogo cordial e intercambiamos puntos de vista sobre la cultura del descarte, que consiste en la marginación a todo aquello que no produce, así como sobre diversas crisis que enfrenta la humanidad”.
En otro momento, la candidata del FAM aludió a la Divina Providencia el haberse podido encontrar con el Papa y afirmó algo que no había sido parte de su discurso hasta el momento: “Para mí y para mi familia fue una experiencia muy emotiva ya que tenemos profundas convicciones católicas desde hace muchas generaciones”.