Se trata de los Ministerios Internacionales Buenas Noticias, un grupo fundado y dirigido por Paul Mackenzie, hoy en prisión.
Llamada institucional a distinguir
A este suceso se han unido otras operaciones policiales en torno a grupos sectarios semejantes, lo que ha provocado una gran preocupación en Kenia por la regulación del pluralismo religioso y la necesidad de evitar otros episodios en los que la fe y la espiritualidad puedan servir como coartadas para la manipulación personal y el menoscabo de los derechos humanos.
El pasado 6 de mayo, Rigathi Gachagua, vicepresidente del país, asistió a la ordenación episcopal y toma de posesión del nuevo obispo católico de Nakuru, y afirmó públicamente que "los criminales serán tratados como criminales de acuerdo con la ley, porque no es correcto usar la masacre en Kilifi para condenar a toda la Iglesia de Cristo y al clero", según recoge el diario Nation.
En un momento especialmente delicado, en el que puede dirigirse a todo el fenómeno religioso una mirada condenatoria, el mandatario dio las gracias a la Iglesia "por sus esfuerzos en el desarrollo de la educación y la salud en este país. Los hospitales de la misión y las instituciones educativas administradas por la Iglesia católica son un modelo para otras instituciones".
Obispos kenianos: explotación de la credulidad
Aunque ha sido prácticamente silenciado por los medios occidentales, el portal católico Crux se hizo eco de un comunicado emitido por el episcopado de Kenia el pasado 25 de abril. En él se lee que "es muy desafortunado que estemos presenciando una realidad preocupante en el país, donde los llamados profetas y líderes sectarios han dominado el arte de explotar a los kenianos crédulos en nombre de la religión".
Teniendo en cuenta los 20 años de existencia de la secta que protagonizó la masacre, los prelados se preguntan cómo al grupo liderado por Paul Mackenzie "se le ha permitido que perpetuara su peligrosa doctrina durante tanto tiempo, lo que provocó la pérdida de tantas vidas sin que la maquinaria de seguridad del Estado se diera cuenta".
Una llamada a la regulación
En su comunicado del 25 de abril, los obispos de Kenia explicaban que "si hubiera existido un mecanismo sólido para regular las religiones, el largo brazo de la ley habría impedido que el pastor Mackenzie se aprovechara de los kenianos para participar en actos de suicidio masivo".
De esta forma, pidieron una regulación legal más estricta, de forma que los líderes abusivos no puedan ampararse en la libertad de culto para aprovecharse de sus seguidores, y sean convenientemente desenmascarados y sancionados. "Tal revisión debería ayudar a identificar los débiles vínculos legales y religiosos que los líderes de las sectas han estado explotando para lavarles el cerebro a sus desprevenidos seguidores", señalaban.
Alejarse del extremismo radical
Por su parte, monseñor Anthony Muheria, arzobispo de Nyeri, afirmó en declaraciones a Citizen TV que "la religión no puede ni debe ser la causa de que las personas pierdan la vida". El prelado hizo una llamada a alejarse del "extremismo radical, que la gente tenga que hacer cosas excepcionales para obtener bendiciones de Dios".
Otro jerarca católico que ha alzado la voz tras la masacre ha sido monseñor Willybard Kitogho Lagho, obispo de Malindi. Entrevistado por ACI Africa, destacó que "lo que estamos observando es la adoración sectaria de líderes terrenales. Los miembros siguen ciegamente a alguien después de que afirmara que tuvo experiencias sobrenaturales tales como hablar con Dios".
Cómo identificar estas sectas
Este obispo pide estar alerta ante unas sectas que están en auge, y que suelen estar lideradas por personas "sin formación teológica", de forma independiente con respecto a las confesiones cristianas reconocidas, "y actúan como les place, aprovechándose de personas inocentes".
Y aprovecha para dar unas pistas concretas que sirvan al propósito de identificar estos grupos peligrosos. "Es fácil", afirma. "Debes abrir bien los ojos si alguien que dice ser tu pastor te pide que te aísles de tu familia", en primer lugar. Y añade: "además, evita a aquellos líderes que infunden miedo sobre el fin de los tiempos en sus seguidores para incitarlos a vender sus pertenencias y entregar todo a sus ‘iglesias’".
Para más información:
- Luis Santamaría, Un centenar de cadáveres de una secta en Kenia: éstas son las claves, Aleteia, 27/04/23
- Vicente Jara, ¿Cómo reconocer una secta? Aquí un cuestionario, Aleteia, 23/02/15.