Un artículo reciente publicado en Avvenire.it llama fuertemente la atención sobre el problema de los trastornos mentales y el suicidio. Son fenómenos que, también debido a la pandemia y a la difícil situación económica en curso, lamentablemente están creciendo rápidamente.
El obispo comunico el suicidio de su hermana
El lunes de la semana pasada, el obispo de Phoenix, Arizona, publicó este breve mensaje en Facebook:
Un texto conciso que en su laconicidad, irrumpe en la mente y el corazón de quienes amaron y conocieron a esta mujer, dos veces hermana -por vínculo de fe y sangre- del prelado John P. Dolan, quien el pasado 2 de agosto se convirtió en obispo de 1.200.000 fieles de la diócesis de Phoenix.
4 suicidios en la familia
Séptimo de nueve hijos, el obispo dijo que antes que su hermana Mary -que sufría de depresión desde hacía tiempo-, su hermano Tom, de 19 años, y su hermana Therese, de 27, emulada unos años después por su marido, se habían suicidado.
Los efectos psicológicos del suicidio en los sobrevivientes
Esta información proporcionada por el obispo ejemplifica algunos aspectos de la cuestión suicida: el componente genético presente entre los diversos factores de riesgo -que en este caso parece especialmente relevante- y los efectos psicológicos, en algunos casos devastadores, de este acto sobre los sobrevivientes ("Survivor"), como lo demuestra la muerte autoinfligida del cuñado del obispo.
Pero él mismo, que cursaba el tercer año de seminario en el momento de la muerte de Therese, confiesa en la entrevista publicada:
El estigma
Esta afirmación subraya otro aspecto del fenómeno: el estigma, la marca negativa que se atribuye al sujeto suicida y su familia, quienes después del evento quedan de hecho marginados y envueltos en una cortina de "silencio".
Un servicio dedicado a la salud mental en la diócesis
Esta marca representa uno de los factores más desfavorables en el campo de la prevención de los trastornos mentales y del suicidio, y de ello debió ser perfectamente consciente el obispo cuando, antes del último duelo, anunció el proyecto de establecer un servicio dedicado a la salud en la diócesis mental, justificada por el hecho de que "hay muchas personas que tienen seres queridos en crisis" y "necesitan toda la ayuda que puedan conseguir" (Avvenire).
La hermana que se suicidó sufría de depresión
Una obra de "caridad discreta pero fundamental", como ha señalado. El obispo menciona indirectamente el drama y la consternación de los familiares ante una grave enfermedad mental cuando describe a su hermana de la siguiente manera:
Y sigue recordando cómo inició una brillante carrera en la música de espectáculos, colaborando también con importantes artistas -uno de los cuales le había escrito dos canciones- y apareciendo en varias revistas y programas de televisión.
El mal "oscuro" de la depresión había devorado todos sus sueños, dejando un pesado legado a sus dos hijos, y a sus padres, Catherine y Gerald, aún vivos.
La importancia de reconocer las señales
El drama vivido por el obispo de Phoenix y su familia da cuenta de las dificultades para manejar la enfermedad mental severa y prevenir el suicidio. Pero una vez más indica la absoluta necesidad de apoyar a estas personas y sus seres queridos con intervenciones en múltiples niveles: psiquiátrico, psicoterapéutico, social, asistencial, además de las más generales destinadas a sensibilizar a toda la población sobre estos temas y romper el estigma.
En este último ámbito, la información parece fundamental para ayudar a reconocer aquellas señales que indican la presencia de un sufrimiento psíquico severo, de carácter psiquiátrico o no psiquiátrico, potencialmente capaz de llevar a las personas en dificultad a buscar en la muerte la solución a su insoportable vida.
Asistencia espiritual para "sobrevivientes"
Sin olvidar que la asistencia espiritual juega un papel muy importante para los "sobrevivientes" dispuestos a recibirla. Estos se ven obligados a afrontar el duelo más difícil de afrontar, el del suicidio de su ser querido. Es un reto improbable incluso para quien tiene fe.