«¡Adiós Nicaragua mía!», comenzó diciendo el sacerdote Uriel Vallejos, párroco de la iglesia Divina Misericordia a través de un mensaje en Twitter. El sacerdote nicaragüense, que estuvo cercado por la Policía por varios días en agosto, confirmó este domingo su exilio.
«Espero con esperanza que no dejemos solo a monseñor Rolando Álvarez, obispo que se ha sacrificado por nuestro país. Es el momento de la unidad. Las personas no se negocian porque no son cosas (…) No nos acomodemos al silencio, sobrevivencia y negociaciones», especificó en su mensaje, quien además señaló que espera la pronta liberación de Álvarez, además de quienes lo acompañaban, actualmente detenidos en una cárcel.
Aumenta la presión
La salida de Vallejos de Nicaragua no hace otra cosa más que confirmar la difícil situación que tienen que vivir los miembros de la Iglesia desde hace tiempo. Es algo que se suma a la condena del régimen a dos sacerdotes en los últimos tres meses, entre ellos el caso de monseñor José Leonardo Urbina Rodríguez, de 51 años y párroco de la iglesia Perpetuo Socorro de Boaco, quien fue condenado a 30 años de prisión por los supuestos delitos de abuso sexual y violación contra una menor de 14 años.
Según recuerdan medios como Confidencial, el juicio contra Urbina, en base a valoraciones de litigantes, estuvo lleno de irregularidades.
Pero en las últimas horas también trascendió que en los departamentos de Nueva Segovia y Madriz, en base a fuentes religiosas y de feligreses que hace referencia también Confidencial, a varios sacerdotes de esa zona se les prohibió realizar procesiones, actividades en público y hasta la situación de uno al que se le impidió viajar a las comunidades.
«Al padre Juan Amílcar Lazo, sacerdote del municipio indígena de San Lucas, zona de Madriz, ya lo habían citado a la delegación policial y fue visitado por el secretario político departamental del FSLN, César Olivas Vásquez, para que dejara de hablar en contra del Gobierno en el púlpito cuando oficia misa», expresaron las fuentes, prosigue Confidencial, medio que añadió que se esperaba un posible pronunciamiento de los religiosos de ese país denunciando los ataques.
¿Cómo sigue el obispo Rolando Álvarez?
Este 4 de septiembre se cumplió un mes de la detención del obispo de la diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, en la sede de la Curia Episcopal junto un grupo de colaboradores. Desde ese momento ha tenido que atravesar varios días de encierro hasta que el 19 de agosto fue retirado del lugar a manos de la Policía orteguista. Posteriormente fue puesto bajo «arresto domiciliar».
En las últimas horas, quien se volvió a pronunciar sobre la situación de Álvarez fue el propio arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, quien en una entrevista con la agencia EFE aseguró que se encuentra bien. También dijo que está siendo cuidado por su familia que va dos veces por día a visitarlo.
«He estado platicando con él (...) De salud me dijo que está muy bien. Lo encontré de mejor ánimo. Tuve un buen tiempo platicando con él. Y él nos pide que sigamos orando por él y que ojalá pues, el Espíritu Santo nos ilumine para que pronto solucionemos este conflicto», expresó el cardenal de Managua.
Brenes también de igual manera que los otros sacerdotes que se encuentran en prisión fueron visitados por el presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y obispo de la diócesis de Jinotega (norte), Carlos Enrique Herrera, además de que se hicieron gestiones para que pudieran ver a sus familiares.
En tanto, Brenes indicó que no hay negociaciones con el régimen de Ortega sobre la situación de los religiosos presos. Lo mismo en cuanto que la Iglesia sigue orando y que el papa Francisco está «súper informado» sobre lo que pasa en Nicaragua.