Seguimos a Jesús, le amamos, pero, ¿cuánto sabemos de Él? ¿Lo has pensado? Es una pregunta recurrente que a menudo me hago. Buscando respuestas recurro una y otra vez a las Sagradas Escrituras, la Biblia. En ella encontramos respuestas a todas nuestras inquietudes.
¿Tienes una Biblia en tu casa? Es hora de abrirla. Los católicos debemos leer la Biblia.
Me siento como un arqueólogo que busca hechos curiosos en la Biblia. También me hago muchas preguntas sobre Jesús: qué le gustaba, qué alimentos comía, cómo vestía, cómo oraba.
Quiero saberlo todo de Él para conocerlo y amarlo más, para seguir sus pasos.
En ocasiones consulto con el rabino de la sinagoga de mi familia hebrea y le pregunto sobre la vida de los judíos en los tiempos de Jesús.
No hay que escudriñar mucho para empezar a conocer cómo vivía. Sabemos, por ejemplo, que calzaba sandalias. Y este detalle proviene de Juan el Bautista.
Vestía una túnica tejida de una pieza, probablemente por las manos amorosas de su madre. "Después de clavar a Jesús en la cruz, los soldados tomaron sus vestidos y los dividieron en cuatro partes, una para cada uno de ellos. En cuanto a la túnica, tejida de una sola pieza de arriba abajo sin costura alguna”.
¿Su oficio?
Seguramente lo aprendió de su padre el buen san José. En Mateo, 13 lo describen como el hijo del carpintero. “¿No es éste el hijo del carpintero?” Y luego en Marcos 6 leemos:
Podemos imaginarlo de una complexión fuerte, acostumbrado a los trabajos de un carpintero.
¿Qué hacía Jesús con su tiempo? Sanaba nuestras dolencias y enfermedades. Enseñaba.
"Jesús recorría todos los pueblos de los alrededores enseñando." (Marcos 6, 6)
¿Su oración?
Su oración era profunda, no escatimaba tiempo para orar. Preferiblemente en lugares solitarios y de noche. La Biblia nos da muchos detalles de su oración. Por eso insisto: Debes leer la Biblia.
Sabemos que le gustaba retirarse a lugares solitarios a rezar, y que enseñó a sus discípulos a rezar; también que era tierno, justo, compasivo.
Sobre todo le dio mucha importancia a la oración, ese hablar íntimo con Dios. Tanto es así que en 1 Tesalonicenses 5 nos dice:
"Oren sin cesar y den gracias a Dios en toda ocasión; esta es, por voluntad de Dios, su vocación en Cristo Jesús."
La Biblia nos dice:
Y tú, amable lector, ¿cómo está tu oración? Creo que te lo he comentado en varias ocasiones, es fundamental rezar, pues sin la oración estamos perdidos.
Para conocerlo mejor
Cuando quiero conocerlo mejor, leo Isaías 53, 3-5… Me llena de gratitud, y me mueve a amarlo más, acompañarlo en el Sagrario y decirle a menudo que le quiero. Le pido que perdone nuestras indiferencias a su amor.
Abriendo nuestras biblias podremos aprender las enseñanzas de Jesús, indispensables para mejorar nuestras vidas y lograr la anhelada santidad.
Hay unas palabras de Jesús que suelo recordar cuando enfrento una situación muy difícil. Me dan paz y la certeza de saberme amado por Dios desde la eternidad, hijo suyo, hijo de un padre Todopoderoso.
¿Te gustaría compartir tus experiencias con Jesús? Te paso mi email personal: cv2decastro@hotmail.com