Antes de los sentimientos, comenzaremos hablando sobre la afectividad, siendo esa experiencia interna que se siente al ser impactados por acontecimientos que se producen a nuestro alrededor. Sentir es el primer paso para comprender lo que me pasa y decidir la respuesta que voy a dar en el momento en que me pasa.
Por eso, la educación de la afectividad en los niños es tan importante, pues le ayudará a tener control sobre sus propios sentimientos y emociones.
Es importante que todos aquellos que son padres comprendamos que la experiencia, la interacción y la conducta se encuentran profundamente influidas por la forma en que la afectividad se ha educado o no.
Los sentimientos
Cada ser humano tiene una profunda necesidad de conexión con el otro o con los otros. Esto nace naturalmente desde lo afectivo. Estamos hechos para relacionarnos. La necesidad de filiación nace de la necesidad de establecer y conservar las relaciones con otras personas.
Psicólogos e investigadores de distintos campos como el doctor Daniel Siegel, pionero en este campo y Codirector del UCLA (Universidad de California de Los Angeles) Mindfull Awareness Research Center, estudian el sistema nervioso desde la neurociencia. Han encontrado que, aunque nadie nos haya enseñado a expresar los sentimientos, existen técnicas para promover nuevas formas de comportamiento.
Aprender a expresar los sentimientos aunque se sea un adulto, es importante para que el cuerpo no somatice ninguna experiencia desagradable, que muchas veces se queda alojada ahí y con el tiempo desemboca en enfermedades nerviosas, de carácter inmunológico y hasta cáncer.
Las emociones ponen sobre aviso
Las emociones nos alertan, avisan e informan sobre nuestras reacciones ante las situaciones e interacciones que se dan en el día a día con las personas. Muchas personas acuden a terapia porque "son incapaces de controlar sus emociones", dicen.
Si cada hombre y cada mujer se preocuparan un poco por conocer cómo funciona la psicología de cada uno, se evitarían muchos conflictos sobre todo en el matrimonio o relaciones de pareja. Ambos son distintos y por ello mismo se complementan. Puede haber balance.
Características psicológicas en la mujer
En el caso de la mujer, esta vive casi todas sus experiencias desde el corazón. La mujer es capaz de meter todo dentro de las habitaciones de su corazón y de una manera muy intensa.
La mujer vive con su cabeza y su corazón simultáneamente, por ello siempre está muy atenta a los miembros de su familia y cuando se convierte en madre, se desarrolla en ella esa capacidad intuitiva que nace y se da en su propio corazón. A la mujer, por su misma naturaleza, le cuesta mucho pasar página.
Características psicológicas en el hombre
En el caso del hombre, este vive desde su cabeza (lo cual le hace ser menos expresivo y afectivo) y esto quiere decir que para cada cosa que vive o hace tiene una gaveta. Tiene la gaveta del trabajo, la de la amistad, la del amor, la de las finanzas.
El hombre no puede hacer varias cosas a la vez, como se da en el caso de las mujeres. Es por ello que los conflictos en pareja son tan extenuantes pues ninguno de los dos sabe, lo que el otro necesita.
Buscar siempre el bien del otro
Cuando hay conflicto entre las personas y se está en medio de la agitación que se produce en el sistema simpático, que es el que prepara el cuerpo para que responda durante situaciones de emergencia y estrés, la marejada producida ante las emociones que se agitan evita sin lugar a dudas que se busque el bien del otro.
Esto quiere decir que cada uno tendrá que escoger sus batallas si quiere estar para siempre en la vida de una persona, como es el caso de los hijos.