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La mañana del 24 de junio las redes sociales estallaron con la noticia. Creo que es la noticia del año. Abrí mi cuenta de Twitter y me llevé una maravillosa sorpresa. ¡Qué feliz me siento! Y quiero celebrarlo contigo.
La vida triunfa, triunfa el Sagrado Corazón de Jesús.
El día que celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús la Corte Suprema anula fallo que permitía el aborto legal en EEUU.
¡Quedé impactado! ¡Qué gran noticia! Eran tendencia en las redes sociales:
#RoeVsWade
#Estados Unidos
#Corte Suprema
El aborto es un crimen
El aborto es un crimen desde cualquier ángulo que se vea. Es hora de que empecemos a hablar de vulgar asesinato, homicidio, y borremos la expresión “derecho al aborto”.
El papa Francisco ha comparado el aborto con recurrir y contratar a un sicario para matar al hijo inocente que no ha nacido.
Siempre he visto el aborto como obra del demonio. Es muy sutil, logra que no pensemos en él, ni en su existencia y va seduciendo a políticos y gobernantes para que defiendan este crimen atroz contra la humanidad.
Si no me crees busca en tu Biblia Juan 8, 44. Jesús lo describe a la perfección:
Destrucción
Cada año se producen 73 millones de abortos en el mundo.
Presidentes y diputados de muchos países tienen sus manos ensangrentadas y algún día Dios les llamará a su presencia.
Recemos por ellos, para que comprendan, se arrepientan y descubran su gran pecado, su grave error al querer ser políticamente correctos, pero humanamente destructivos.
Es curioso que algunos sitios lo describen como si fuese una terapia, o tomarse una pastilla contra la gripe: “El aborto es un procedimiento médico que se hace para interrumpir un embarazo”.
Pero no te explican cómo lo hacen, o que matan al niño, ni el sufrimiento del bebé que no puede gritar: “Mamá, no me mates”.
Graves efectos
Matar niños, asesinar a sus hijos, tiene graves e imborrables efectos sobre la madre y muchas veces sobre los abortistas.
Recuerdo haber leído la historia de una madre que se confesaba una y otra vez, arrepentida de abortar su bebé.
No podía dormir bien, vivía angustiada y no hallaba consuelo ante la muerte de su hijo por un aborto.
En Aleteia hemos publicado diversos e interesantes artículos para ti sobre esta triste realidad que azota muchos países.
Pero hoy debemos celebrar la vida. Y me brota del alma exclamar:
¡Viva la Vida! ¡Viva el Sagrado Corazón de Jesús!