Después de la pandemia, la necesidad que tienen las personas de hablar para comprender lo que les pasa se ha incrementado.
Recibo llamadas de esposos infieles, esposas que han encontrado una infidelidad o jóvenes con deseos de emprender un negocio o superar una experiencia amarga en el trabajo. Como cualquier otro ser humano, cada persona impacta mi humanidad por medio de su coraje al abrir su corazón y su lucha para curarse y transformar en un bien experiencias que no han sido agradables. Asistir a psicoterapia es un paso muy importante en la vida para alguien, pues es una experiencia que requiere de mucha valentía.
¿Qué es lo más importante dentro de este proceso curativo?
Sin lugar a dudas, lo que es más importante en la terapia, como después con los años de práctica he aprendido, es lo que los pacientes deciden revelar. Muchas veces el paciente no revela toda su verdad y esto hace que el terapeuta tenga dificultades para acompañarlo mejor.
Cuando esto sucede, el especialista tiene que hacer uso de todos sus recursos profesionales, como también de su propia intuición para llevar con éxito el proceso de cada individuo. Algunas veces tendrá que pensar en la posibilidad de que el paciente no está siendo honesto. Por este motivo tendrá que tener la valentía de confrontarlo. El psicoterapeuta no es sólo una persona preparada para comprender los procesos mentales de una persona y sus miedos, sino también es una persona que vive, siente y sufre lo mismo o más que la persona a la que tiene el privilegio de acompañar.
La psicoterapia es una alianza de amor entre dos personas
No sólo yo opino así sino también grandes líderes de la psicología como Carl Rogers o el fundador de la logoterapia Viktor Frankl. El hecho de que haya un intercambio de dinero no elimina el hecho de que es el corazón de las personas lo que predomina en este tipo de relación. De manera que el psicoterapeuta deberá preocuparse por no solo ser competente profesionalmente sino también alguien muy humano que ha vivido, ha sido herido y ha superado muchas de sus heridas. Es esto lo que facilita la posibilidad de tener un lazo con el paciente.
Llegar a la verdad de un paciente requiere de una alianza lo suficientemente cálida para que los pacientes se abran. Pero también lo suficientemente ecuánime para no adoptar posturas de extrema simpatía que muchas veces quieren evitar no perder la relación con el paciente. Una relación profunda pero estrecha y una relación real pero con límites muy definidos al mismo tiempo.
La psicoterapia es un proceso de autoconocimiento propio
No hay nada más curativo en torno a las heridas personales que reconocer dónde duele y por qué duele. Esto implica llenarse de valor y estar dispuesto a conocerse profundamente. Entonces cuando el momento de mirar la herida llega, de sentirla y de aceptarla, es la misma herida la que vuelve abrirse y al abrirse expulsa toda la sangre, todo el pus acumulado ahí, quizá por muchos años. ¿Cuál es el resultado? El descanso del alma, la sensación de un bálsamo dulce que se desliza no solo en el lugar de la herida sino en todo el ser: mente, cuerpo y corazón. La libertad interior puede sentirse.
El don de ser elegido para escuchar a otros
Nunca soñé con ser psicóloga, psicoterapeuta o acompañante de almas. Sin embargo, Dios me llamó a esto. Mis reflexiones anteriores son experiencias de ese contenedor seguro y de lo que mis ojos son testigos cada vez que estoy acompañando a una persona en consulta. Ser testigo de su miedo, a veces de su desconfianza, para llegar a un punto donde esa persona se atreve a dar el paso y mirar su herida, sentirla, reconocerla, aceptarla es un don. Mirar el brote espontáneo de las lágrimas y de las palabras que no mienten y que revelan la verdad sobre lo que se vive, contra lo que se lucha, es ser testigo de cómo una persona ahonda en el conocimiento de sí misma. Esto es hermoso, un verdadero privilegio, pues el rostro cambia y aquellas facciones antes endurecidas y apretadas ahora se suavizan y la luz puede contemplarse debajo de una tez ahora en paz.
Entonces, ¿por qué es importante darse la oportunidad de la psicoterapia?