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El asesinato de un ministro que quería trabajar con la Iglesia en el cuidado de la “Casa Común”

ORLENDO MERA
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Jaime Septién - publicado el 08/06/22
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Asesinado el ministro de Medio Ambiente de República Dominicana, Orlando Jorge Mera

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“La Iglesia católica tiene una gran particularidad, no hay mejor administrador que un sacerdote y las personas vinculadas a la Iglesia”, decía el ministro de Medio Ambiente de la República Dominicana, Orlando Jorge Mera (55), el pasado 25 de mayo. Ese día, reunido con la Comisión Nacional de Pastoral Ecológica y Medioambiental, de la Conferencia Episcopal Dominicana, el ministro estructuraba un plan conjunto para defender la ecología del país que tiene el arzobispado primado de América.

Lo decía con la vocación de un hombre que conoce y valora la riqueza de la Iglesia. “Nuestra casa común es la República Dominicana, por lo tanto, debemos trabajar duro para protegerla y defenderla juntos, debemos pensar en nuestros hijos, nietos y en los que vendrán después”, subrayó Mera ante la Comisión, presidida por monseñor Héctor Rafael Rodríguez Rodríguez, obispo de La Vega, delegados y laicos, asesores en ecología y personas que, también, celebraban el séptimo aniversario de Laudato Si’.

ORLENDO MERA

Proteger la naturaleza

Mera había sido nombrado por el presidente Luis Abinader como ministro de Medio Ambiente apenas en agosto de 2020. Desde ese día y hasta el pasado 6 de junio sus allegados y gente de todos los niveles en República Dominicana señalaron que “no le temblaba el pulso” para defender la ley y proteger a la naturaleza de su país, por encima de cualquier otro compromiso; por encima –señalan los que lo conocieron—de amenazas o compadrazgos.

Justamente este rasgo de su carácter fue el que le acarreó la muerte. Mera fue asesinado en su despacho del Ministerio del Medio Ambiente, en Santo Domingo, por uno de sus amigos de la infancia, con alguien que había estudiado junto con él y que había visto truncados sus negocios, justamente por la aplicación de la ley que el Ministro había hecho, privándolo de riquezas injustas.

El autor del asesinato fue Miguel Cruz (56), propietario de la Armería Miguel Gun Shop y la Constructora Cruz de la Mota y Asociados. Según medios locales la intervención de Mera detuvo la extracción de materiales para una cementera de su propiedad en un río de la región del Cibao, en el norte de República Dominicana. Evidentemente, violaba las leyes medioambientales del país.

Cruz entró al Ministerio sin ningún problema. Era amigo del ministro. Nadie se dio cuenta que llevaba un arma escondida entre su ropa. La hipótesis que manejan las autoridades policiacas es que Cruz discutió con Mera y al no ver coronados sus esfuerzos para convencerlo que doblara la ley, sacó la pistola y mató a tiros a su amigo de la infancia. Más tarde, fue a una Iglesia cercana, se confesó y entregó el arma homicida a un sacerdote.

ORLENDO MERA

Defensores de la "Casa Común" en América Latina

Con el asesinato de Mera no solamente se elimina una vida humana, una vida de servicio a su país, sino que pone en evidencia la fragilidad de los defensores de los derechos medioambientales y los activistas en América Latina y el Caribe, la región del mundo más peligrosa para defender el medio ambiente y para implemente una conversión ecológica, como la que ha pedido el Papa Francisco en Laudato Si’.

Según ha consignado el periódico español El País, hay una gran inquietud entre los ambientalistas de República Dominicana y de países del continente. “Si a alguien como a un ministro le puede pasar algo así, entonces qué nos queda a nosotros, que somos más ciudadanos de a pie, que lidiamos con muchos de esos mismos temas, personas e intereses”, dijo Maximiliano Bello, de la organización Mission Blue.

De nueva cuenta, Latinoamérica se quita de encima a un defensor del medio ambiente; a alguien que quería trabajar con la Iglesia para cuidar la Casa Común. Las balas acaban con lo mejor de estas tierras. Las balas y las venganzas. Todo por no acceder a violar la ley, acordándose que un servidor público tiene como misión el bien común. Descanse en paz Orlando Jorge Mera.

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