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Cuándo sabes que necesitas ayuda y cómo actuar

HAND; HELP

En cualquier momento de nuestra vida podemos necesitar ayuda de una forma más profunda.

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Sheila Morataya - publicado el 22/05/22
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Notamos que necesitamos ayuda por tres razones. En este artículo las analizamos y vemos cuál es la decisión más conveniente para avanzar

Mayo es el mes en torno al cuidado de la salud mental. Mientras escribo, pienso en las consultas que tuve esta semana con personas de diferentes lugares y países en el mundo… En las cartas que me llegan después de escuchar algún episodio de mi podcast que ha tocado su corazón o quizá un artículo.  ¿Por qué la gente busca ayuda? Y ¿en qué momento la buscamos?,  ¿qué significa cuidar de nuestra salud mental así como cuidamos nuestra salud física?

Hay, entre muchas, tres razones que -dentro de mi experiencia- quiero compartir en un mes que es tan importante para todos: 

1Una persona busca ayuda porque no sabe cómo caminar en la oscuridad.

Se camina en la oscuridad cuando se tiene miedo. Se camina en la oscuridad cuando no se sabe qué dirección tomar. Se camina en la oscuridad cuando la persona no se conoce a sí misma. Se camina en la oscuridad cuando llega a la vida una crisis personal.  Caminar en la oscuridad llena a la persona de miedo, de incertidumbre, de ansiedad, de fobias. La persona busca la luz y necesita una lámpara, que es el psicólogo o psicoterapeuta. Lo decía muy bien el psicólogo Carl Jung : “ Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad". Esto es lo que se vive y descubre en un proceso de psicoterapia.

2Una persona busca ayuda porque algo le duele.

La traición de una amiga; la traición de una pareja; la muerte de un ser querido; la pérdida repentina de un empleo; la incapacidad para creer en uno mismo. Hay algo que duele y no se sabe qué hacer para que no duela. Es dolor emocional. Muchas veces son aquellas experiencias de la infancia que no se han podido superar

Entonces, se hace necesario buscar un acompañante para un camino hasta entonces desconocido.  Ese acompañante te ayudará a descubrir tus heridas, te enseñará a curarlas y todo lo que vivas junto a él o ella, servirá para conocerte, para cambiar cosas en ti que pueden mejorar y para alcanzar una madurez  necesaria. Una mente clara y segura.

3Una persona busca ayuda para conocerse.

En la mayoría de los casos, las personas que buscan ayuda no se conocen. No saben de dónde proviene su inseguridad y su poca autoestima. Por lo que si te preguntas, ¿para qué existo?, ¿cuál es el propósito de mi vida?, ¿qué decisión puedo tomar?, ¿por qué tengo miedo?, ¿cómo puedo creer en mí? Estás caminando por la región del autoconocimiento. Las personas podemos profundizar en conocimiento propio cuando somos acompañados por un psicoterapeuta, un guía espiritual, un coach de vida o un poeta.  Ser acompañado por una persona así puede ayudarte a evitar tipos de sufrimiento que son innecesarios.

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Buscar ayuda no quiere decir que eres débil

Sin duda alguna y después de muchos años de dedicarme acompañar a personas, por el camino del autoconocimiento propio, las heridas, la búsqueda de la identidad, la comprensión del dolor, etc..., estas son sólo alguna de las razones por las que una persona busca ayuda. 

Ayuda para su depresión, ayuda para su ansiedad, ayuda para sus problemas de comunicación con la pareja, ayuda para comprender a sus hijos adolescentes, ayuda para entender a Dios, ayuda para encontrar el sentido de su vida. Ayuda para sus miedos y sus inseguridades. Todo esto no quiere decir que eres débil. Es simplemente que eso que vives, te sobrepasa.

Cuando llega el momento en que se reconoce que se necesita ayuda para desmantelar las dudas, los miedos, las ansiedades, los dolores emocionales, estamos frente a esa sabiduría interior que nos habita. Cada uno y cada una tiene la capacidad de gobernar su propia vida, Dios nos ha otorgado este poder. Sin embargo, hay momentos en que se hace necesario contar con una voz diferente a la nuestra.  Esto requiere humildad. Una humildad quizá no descubierta y hasta entonces no practicada que dice: “ Necesito que alguien me escuche”. Alguien que te escucha sin juzgar y que está ahí para mostrarte tu propia luz. 

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