Nació en Cocula (Jalisco, México) el 5 de diciembre de 1883.
Una vez ordenado sacerdote, fue vicario de Tototlán.
Era piadoso, se preocupaba de la formación de niños y jóvenes, tanto espiritual como académica. Tenía mucha devoción a las almas del Purgatorio y a la Santísima Trinidad.
Cuando arreció la persecución contra la Iglesia, no quiso abandonar su lugar.
En la Semana Santa de 1927, tropas federales y agraristas lo detuvieron. Lo ataron a una columna de la iglesia durante tres días sin comida ni bebida, y le quemaron las manos porque eran consagradas. Lo torturaron para que dijera dónde se escondían otros dos sacerdotes y calló.
El día 13 de abril, Miércoles Santo, lo condujeron al cementerio de la localidad y allí lo remataron a balazos. En los últimos momentos pronunció las palabras “¡Viva Cristo Rey!”.
Fue canonizado junto con otros 24 mártires mexicanos el 21 de mayo de 2000 por san Juan Pablo II.
Esta fue la respuesta de san Sabás Reyes a quienes le recomendaban que huyera de la parroquia y de Tototlán:
"Tengan fe. A mí me dejaron de encargado y no sale bien irme. Dios sabrá... Me ofrecen ayuda en otras partes, pero aquí me dejaron y aquí esperamos, a ver qué Dios dispone".
Oración
Santo Sabás Reyes Salazar,
que sufriste antes del martirio injurias y torturas por odio a la fe:
aumenta la nuestra para que podamos responder a la Verdad con transparencia y coraje,
por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.