Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
El papa Francisco compartió hoy su sueño por los derechos de los migrantes en su encuentro con 200 migrantes presentes en el centro "Laboratorio de la Paz Juan XXIII" de Hal Far, momento cargado de significación del último día del 36º Viaje apostólico a Malta.
Testimonios
Tras el canto de apertura y el saludo del padre Dionisio Mintoff, fundador del Centro hace 51 años, dos invitados del Centro dieron su testimonio.
El Papa escuchó la historia de Sirmian, joven migrante que le contó cómo enfrentó un duro viaje desde África hasta Malta entre caminatas interminables en el desierto, un naufragio y la violencia sufrida por los traficantes en Libia.
Dolido, el Papa se refirió a él diciendo:
El Sucesor de Pedro reiteró con voz firme su indignación por la violación de los derechos de los migrantes: “Así lo quiero decir: con la complicidad de las autoridades competentes”.
"Ustedes no son números sino personas"
“Y has llamado la atención sobre el punto clave: la dignidad de la persona. Lo repito con tus propias palabras: ustedes no son números, sino personas de carne y hueso, rostros, sueños a veces rotos”.
A su llegada al centro, el Papa ha saludado a las personas acogidas en este "laboratorio de paz" fundado en 1971 por un franciscano. El centro pretende acoger a los solicitantes de asilo promoviendo la solidaridad, los valores de compartir y la justicia y ofreciendo asistencia médica.
Francisco indicó: “Desde aquí se puede y se debe volver a empezar: desde las personas y desde su dignidad. No nos dejemos engañar por quien dice: 'No hay nada que hacer', 'son problemas más grandes que nosotros', 'yo me dedico a mis asuntos y los otros que se arreglen'. No. No caigamos en esta trampa”.
“Respondamos al desafío de los migrantes y de los refugiados con el estilo de la humanidad, encendamos hogueras de fraternidad, en torno a las cuales las personas puedan calentarse, recuperarse y reavivar la esperanza.
Reforcemos el tejido de la amistad social y la cultura del encuentro, partiendo de lugares como este, que ciertamente no serán perfectos, pero son “laboratorios de paz”, añadió.
Una vela a la Virgen
El Papa al final ha realizado un gesto mariano junto a los migrantes: encendió “una vela ante la imagen de la Virgen”.
“Es un gesto sencillo, pero con un gran significado. En la tradición cristiana, esa pequeña llama es símbolo de la fe en Dios. Y es también símbolo de la esperanza, una esperanza que María, nuestra Madre, sostiene en los momentos más difíciles.
Es la esperanza que he visto hoy en vuestros ojos, que ha dado sentido a vuestro viaje y los hace seguir adelante. Que la Virgen los ayude a no perder nunca esta esperanza. A Ella le confío a cada uno de ustedes y a sus familias, y los llevo conmigo en mi oración. Y también ustedes, por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Gracias!”, concluyó.
Al final, tras el encendido de las velas ante la imagen de la Virgen junto a una familia de emigrantes y el rezo de la Oración Universal, el Papa se trasladó en coche al Aeropuerto Internacional de Malta para la ceremonia de despedida de Malta.
Loading