Unas 400 personas, maquinaria pesada y en plena madrugada. Así fue el accionar el pasado sábado 5 de febrero de la Municipalidad de Lima con el aval del Ministerio de Cultura. Esto derivó en la demolición de un muro perteneciente al Conjunto Monumental san Francisco ubicado en el Centro Histórico.
“Nos despertamos sorprendidos por el temblor de la maquinaria pesada que había empezado a derribar las columnas del muro perimétrico destrozando las rejas”, expresó en conferencia de prensa este 8 de febrero el franciscano Rafael Hurtado. El fraile enfatizó que no hubo notificación formal para realizar la demolición.
Fueron 12 frailes del convento San Francisco los que salieron a intentar proteger la zona que estaba siendo intervenida. Lo hicieron ante la presencia de personal de construcción con maquinaria, miembros de fiscalización y la propia Policía.
"Destruyeron parte del patrimonio cultura de la humanidad, parte del patrimonio de la Iglesia”, continuó el fraile.
“Terminamos con tres hermanos sacerdotes golpeados, tirados en el piso. Con algunos estudiantes de esta casa de formación totalmente rasguñados, golpeados”, indicó el fraile perteneciente a la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles de Perú.
“Nuestra resistencia fue pasiva. La única manera de poder responder a esta fuerza 12 frailes en la plazuela resistiendo y uno de ellos repicando las campanas en señal de protesta, pero también invocando a un diálogo”, señaló. Ver aquí comunicado de los franciscanos tras intervención.
Un bien único en Perú
La Unesco declaró el Conjunto Monumental San Francisco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1988. Esto se dio luego de haber sido postulado por el propio estado peruano en esa época. Una de las condiciones, que derivó en la concreción de la declaración, fue la necesidad de ofrecer un espacio de seguridad como el muro que finalmente fue construido (y que también es patrimonial).
Esta situación implica que cualquier cambio en la zona de la plazuela San Francisco debería estar respaldada por un estudio de impacto patrimonial. Desde la comunidad franciscana se niega que eso exista.
El Conjunto Monumental en cuestión, que incluye, por ejemplo, la Basílica y Convento de San Francisco y el Santuario Nuestra Señora de la Soledad, además de museo y catacumbas en el subsuelo, es algo considerado único en Perú. Es perteneciente a la época virreinal y tiene con más de 450 años de historia.
“Aquí se ha afectado el patrimonio cultural no solamente de los religiosos, sino de todos los ciudadanos del mundo”, advirtió el representante legal de los franciscanos, Fabricio Valencia. El abogado también insistió en la vulneración de las cartas internacionales con respecto a la conservación de un patrimonio cultural.
La solidaridad de la Iglesia
El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, el también franciscano Miguel Cabrejos Vidarte, estuvo presente en la conferencia de prensa de este 8 de febrero. Fue él quien leyó un mensaje de solidaridad de la Iglesia de Perú para con los franciscanos de Perú ante lo sucedido en el Conjunto Monumental San Francisco.
“Condenamos enérgicamente la actitud violenta, desproporcionada, y prepotente, con maquinaria pesada, con la que la Municipalidad de Lima, ha incursionado en forma desmedida en el Conjunto Monumental San Francisco, soslayando el diálogo transparente en los Franciscanos de la Provincia de los Doce Apóstoles de Perú”, indica uno de los puntos del mensaje.
En el comunicado también se hace referencia al “respeto interinstitucional”. También recuerda cómo “la plazuela de San Francisco ha estado siempre al servicio de la población que expresa su fe en Dios y en los santos, en la centenaria Basílica de San Francisco (…)”.
Ver comunicado completo difundido a través de Twitter aquí:
En tanto, en medio del dolor generado por lo sucedido en un sitio que va más allá de lo religioso en Perú, el anuncio de acciones legales. Algo que se suma a pronunciamientos (incluso hasta del propio Ministerio de Cultura con sus descargos) diversos en los últimas días. Siempre también la apelación al diálogo de parte de los franciscanos en pos de una solución.