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“Lo que ha pasado aquí, tal vez, no es lo que en algunos medios de comunicación se ha escuchado, es decir que las tropas rusas, junto con el gobierno (kazaja) estaban atacando a civiles pacíficos que se manifestaban por la subida del gas. Esto es totalmente desacertado en términos informativos”.
José Luis Mumbiela Sierra es un obispo católico, misionero y teólogo español. Es políglota, habla inglés y ruso. Actualmente desde el día 8 de mayo de 2011, es el Obispo de la Diócesis de la Santísima Trinidad en Almaty.
El Obispo avala la tesis del gobierno local que afirmó que era un intento de "golpe de Estado", una agresión en la que participaron fuerzas mixtas de delincuentes locales y milicianos yihadistas de Afganistán y Oriente Medio, que es lo que aparentemente desató la crisis que azotó Kazajistán hace algunos días.
Almaty ha sido la mayor ciudad kazaja y epicentro de los disturbios que se desataron en Kazajistán pocos días después del estallido de protestas por el alza del precio del gas licuado.
El obispo español participó en un encuentro virtual con periodistas corresponsales desde Roma sobre la vida de la Iglesia Católica en Kazajistán, con motivo de la delicada situación social y política de las ultimas semanas. El encuentro fue organizado por la Asociación Iscom.
Protestas violentas organizadas
Las protestas por el gas- explicó el obispo misionero - estuvieron organizadas por personas pacificas al inicio, pero después se le sumaron grupos organizados, violentos, que aprovecharon la ocasión para sembrar el caos.
“Yo oía los disparos, una comisaría cerca de mi casa sufrió 27 intentos de toma. Los atacantes tenían francotiradores puestos en casas vecinas para atacar a los policías. Era una batalla preparada”.
Los manifestantes comenzaron a caminar por las calles desde el oriente de la ciudad hasta el ayuntamiento “durante los 8 kilómetros de trayecto destruyendo todo por su camino: cajeros, almacenes, negocios, cámaras de vigilancia”.
Luego, robaron materiales de construcción para romper vitrinas y finalmente, se adueñaron de municiones y de armas. “Querían liberar presos en Almaty y otras ciudades”. Monseñor Mumbiela describió que los soldados y los policías estaban sin armas, solo tenían bolillos y escudos, pues el gobierno no esperaba que los varios grupos de manifestantes estuvieran armados y fueran belicosos.
El presidente Kasim-Yomart Tokaev “antes de que empezara la tercera fase de las protestas “había informado públicamente que aceptaba algunas de las solicitudes de los manifestantes”. Por ello, destacó una “actitud dialogante” por parte del gobierno local hacia las primeras reivindicaciones pacíficas.
Sin embargo, el obispo afirmó que para sorpresa de todos, “en Almaty sobre todo, esas protestas comenzaron a tener un carácter más violento, de lo que se esperaba”, mientras en otras ciudades de la nación hubo manifestaciones de “pequeños grupos” sin más disturbios.
Retirada de las tropas rusas
El presidente Tokayev, anunció el 11 de enero que los aproximadamente 2.000 soldados rusos comenzarían a abandonar el país en dos días, con una "retirada gradual" que duraría "no más de 10 días”.
No obstante las tropas rusas y de sus aliados comenzaron este jueves la retirada de los 2.030 soldados desplegados en Kazajistán a raíz de las violentas protestas que sacudieron a la república centroasiática la semana pasada.
Monseñor José Luis Mumbiela sostiene que entre los protestantes ya no habían solo delincuentes, sino grupos armados organizados que a pesar de que cortaron Internet (por cinco días), esas personas seguían comunicadas.
“Estaban ya preparados. Eso es lo que sorprende. Esa gente ya no venía a hacer una protesta por el gas, o por el gobierno como siempre, sino que era gente militarmente preparada para una acción de orden mayor y con cierta cooperación masiva de los grupos de seguridad”. Así, contó, “la policía de la ciudad tuvo que esconderse y huir de la ciudad”.
El obispo misionero español considera que Rusia actuó como fuerza pacificadora y - no como fuerza de ocupación - tras el caos de la violencia que vivió el país, donde hay un número de católicos muy pequeño (1%).
Algo que - según algunos observadores - puede cimentar la alianza entre Rusia, sus ex aliados soviéticos y China, unidos para denunciar el peligro de un complot extranjero que pone en riesgo los delicados equilibrios de Asia Central.
El gobierno por su parte indica que fueron alrededor de 44 las personas fallecidas, mientras fuentes extraoficiales aseguran que el balance es de164 muertos y al menos un millar de heridos y unos 2.000 detenidos.
País estratégico en Asia Central
El obispo Mumbiela considera que el presidente actual, Kasim-Yomart Tokaev, se está desmarcando de la herencia del presidente anterior, algo que le está causando problemas entre los simpatizantes del presidente Nursultán Nazarbáyev que ha gobernado con puño de hierro el país desde 1990 hasta su dimisión, el 19 de marzo de 2019.
El obispo católico que dijo no ser un politólogo, destacó la importancia geopolítica del país debido que es uno de los principales productores de petróleo y de gas del mundo, y que tiene, en su subsuelo, yacimientos minerales el cromo, el níquel, el uranio, el cobalto. En definitiva, es el país más próspero del Asia Central.
El mayor desafió del país - explicó mons. Mumbiela - es que su gobierno administre los grandes recursos de la nación de la manera más "democrática, y, sobre todo, que de seguridad y paz a la población. Conservar lo bueno que había, valorar lo bueno y curar las heridas actuales".