Luego de la despenalización del aborto (2012) y otras leyes como la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo (2013), un nuevo debate vinculado a la defensa de la vida se asoma cada vez con más ímpetu en Uruguay: la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido.
¿En qué está el debate hoy en Uruguay?
La legalización de la eutanasia se viene discutiendo desde hace casi dos años con la presentación en marzo de 2020 de un proyecto de ley del legislador Ope Pasquet (Partido Colorado, integrante de la coalición de gobierno). Se trata de una propuesta que está a la espera de que pueda darse su discusión en el pleno del congreso uruguayo para que se vote.
Como trasfondo, el argumento de que hay personas que desean dejar vivir por un sufrimiento insoportable, tras lo cual tienen derecho a pedir que se les ayude a morir y que el médico no tenga una sanción penal por eso.
¿Es lícito provocar la muerte intencionalmente en un contexto médico a pedido de un paciente? Aquí una pregunta ética fundamental.
Mientras tanto, en Uruguay también existe una Ley de voluntad anticipada (Ley 18.473) que permite al paciente decidir morir en paz, sin prolongar su vida artificialmente o recibir tratamientos fútiles. No obstante, esta ley respeta la libertad del paciente para que lo dejen morir en paz sin sufrimientos innecesarios. Por ello es que de alguna manera se posiciona contra la obstinación terapéutica. En cuanto a esto último, sin dudas una situación que también genera confusiones debido a su complejidad.
Un proyecto de cuidados paliativos, pero cambiado
De forma paralela, en la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes de Uruguay hay otro proyecto de cuidados paliativos creado por la Sociedad Uruguaya de Medicina y Cuidados Paliativos- que contaba con aprobación unánime, pero que ha sido recortado en varias partes esenciales.
Esto generó que se presentara un proyecto alternativo con la omisión del capítulo sobre el final de la vida y los principios fundamentales de la medicina paliativa. Esto último, en definitiva, es algo que finalmente lo hace complementario con la futura ley de eutanasia.
En efecto, la filosofía de los cuidados paliativos no admite la práctica de la eutanasia, por lo cual estos cambios han generado controversia. Es que si se respetasen los principios fundamentales de los cuidados paliativos no se podría admitir una práctica de eutanasia y suicidio asistido.
Un proyecto “más amplio”, ¿y eutanasia en niños?
Pero en los últimos días algunos episodios han dejado de manifiesto que de aquí en más estará ocupando puestos destacados en la agenda. Un claro ejemplo de esto ha sido una reciente propuesta lanzada por la legisladora Cristina Lustemberg del partido opositor Frente Amplio, quien entiende que la eutanasia debería pensarse como un derecho del Siglo XXI.
“Hoy tenemos que dar un paso más allá del proyecto, tenemos que ir a una ley que le dé mayor integralidad y que sea garantista de los derechos que tienen las personas. Quizás todavía no contemplamos dos grandes temas que a nuestro equipo -y de forma personal- son importantes, como es el derecho de los niños, niñas y adolescentes manteniendo la autonomía progresiva, el código que en nuestro país está vigente. También el derecho de las personas con alguna afectación de la salud mental”, expresó Lustemberg durante una conferencia a través de zoom de movimientos que promueven la eutanasia en Uruguay.
Ante esto, quienes están en contra de la legalización de la eutanasia advierten rápidamente que al igual que ha sucedido en países como Bélgica, Holanda y Canadá, donde es normal la eliminación de personas por discapacidad, una vez que se cruza la línea se instala una cultura del descarte del más débil.
Una respuesta: un año de Prudencia Uruguay
En medio de esto, y las interrogantes sobre qué se está haciendo en Uruguay para ofrecer un debate fructífero en torno al tema de la eutanasia y las consecuencias de un proyecto de este tipo, el trabajo de Prudencia Uruguay.
En este caso una experiencia inédita en América Latina vinculada a un grupo de ciudadanos de diferentes edades, creencias y partidos políticos que desde hace un año viene explicando por qué Uruguay no debería legalizar la eutanasia, el suicidio asistido, pero sí universalizar los cuidados paliativos.
“Conscientes de lo que está en juego, hacemos un llamado a la prudencia, a la necesidad de informar debidamente sobre sus efectos, y a un discernimiento político responsable”, indica la web de la agrupación.
Durante todo este tiempo, Prudencia ha estado generando diversos eventos, como conferencias y participaciones a través de los medios de comunicación, con el fin de informar y debatir con seriedad sobre un tema tan complejo.
Ver video de presentación de un año de trabajo:
“Una sociedad progresista tiene que proteger a los más débiles. Cuidarlos, no eliminarlos”, se afirmó durante la celebración de un año de trabajo en cuanto a un debate que ya empieza a tener más fuerza y calor en Uruguay.