El 24 de octubre, una página colombiana de Facebook llamada "De la Mano de Padre Pío" agregó 12 fotos de una estatua de bronce submarina de 10 pies de altura del santo místico. La publicación dice:
Como surgió la imagen del Padre Pio
La isla Tremiti, como se menciona en la publicación, es un pequeño archipiélago frente a la costa de las montañas Gargano en el sur de Italia. El 3 de octubre de 1998, víspera de la fiesta de San Francisco, fue el escenario de un evento bendecido: un escultor llamado Mimmo Norcia instaló su estatua del Padre Pío en el mar.
Aunque hay miles de estatuas del Padre Pío en toda Italia, ninguna podría reclamar esta característica: fue colocada en el fondo del mar a 14 metros de profundidad.
La estatua tiene un pedestal flexible de 80 cm y se considera una de las estatuas submarinas más impresionantes del mundo. Además de su tamaño, la complicada operación de ingeniería requerida para sumergir la estatua fue una hazaña notable.
Pero completar esta obra de arte fue un sueño que Norcia, el escultor italiano que creció cerca de la Serra do Gargano (donde el Padre Pío vivió la mayor parte de su vida) cultivó durante mucho tiempo. En entrevistas, dijo cuánto ama al Padre Pío, el mar, el Gargano y las islas Tremiti.
Estatuas en el fondo del mar
El gran logro del artista sigue una tradición de escultura submarina en todo el mundo que se remonta a la antigua Grecia, cuando los precristianos buscaban protección de los marineros a través de estatuas de dioses.
Recientemente, en Italia, ha surgido una tradición de colocar estatuas de Cristo bajo el agua. En Portofino, por ejemplo, hay un "Cristo del Abismo" submarino. Curiosamente, el mismo molde que se usó para fundir la estatua de bronce en Portofino fue llevado a los Estados Unidos para hacer una copia. Ahora la réplica está sumergida frente a las costas de Florida.
En un sentido práctico, estas estatuas submarinas solo son visibles para los buceadores y buceadores. Sin embargo, en un sentido espiritual, el mensaje permanece bajo la superficie, velado en cierto sentido, reflejando la naturaleza de Dios mismo. Siempre está presente, aunque casi siempre está escondido.