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Tenía nueve meses y en la tarde de este lunes 11 de octubre se informó de su fallecimiento. Se trata de un bebé que murió cuando su familia, de origen venezolano, intentaba cruzar la frontera entre Chile y Bolivia. Aquello sucedió en la localidad boliviana de Pisiga, según constatan medios locales como BioBio.
Tal cual trascendió, la madre tropezó, el bebé cayó de sus brazos y sufrió un fuerte golpe contra el suelo. Luego de esto, si bien la madre pudo caminar algunos kilómetros para encontrar asistencia médica en la localidad chilena de Colchane, ya era tarde.
“Constatamos inmediatamente que no tiene signos vitales, procedemos a las maniobras de reanimación las cuales fueron infructuosas. No se pudo lograr canalizar una vía debido a que la menor presentaba una deshidratación severa”, expresó el médico de esa localidad Guillermo Tapia, tal cual continúa la prensa chilena en base a un comunicado divulgado por la Municipalidad del lugar.
En los días previos, otros dos migrantes habían fallecido en esa zona fronteriza e inhóspita de América Latina, sitio que ha sido foco de interés a nivel internacional por un drama que parece incesante. Con la muerte de este bebé ya son 15 las personas que han fallecido en esa zona fronteriza al intentar pasar por pasos irregulares en lo que va de 2021.
Pero el rostro del drama migratorio hoy tiene rostro de bebé en América Latina no solo por lo acontecido en Colchane. También ha generado conmoción la situación de seis migrantes, entre ellos un bebé, que naufragaron en las últimas horas en la zona del Golfo de Urabá, un sitio del mar Caribe colombiano cercano a Panamá y que también se ha transformado en sinónimo de complejidad para la población migrante.
Según medios como Blu Radio, por estas horas se realizaban tareas de búsqueda luego que una lancha con 30 pasajeros cubanos, haitianos y venezolanos naufragara. Por este hecho se reportó hasta ahora el fallecimiento de tres mujeres, dos haitianas y una cubana.
"Era una embarcación que no estaba preparada para este tipo de actividades, no cumple con las medidas de transporte marítimo seguro. Zarpó de un punto clandestino cerca de Necoclí y cuando iba en tránsito tuvo un hundimiento frente a Cabo Tiburón, en límites de la frontera con Panamá", informó a ese medio colombiano Juan Ricardo Rozo, comandante de la Fuerza Naval del Caribe.
"De acuerdo a entrevistas con el personal que se rescató determinamos que era 30 los que iban en la embarcación. De estas se han rescatado 21, cinco menores de edad. Desafortunadamente hemos encontrado tres fallecidos y se está pendiente de rescatar a seis migrantes, entre ellos un bebé de ocho meses", agregó.
Mientras todo esto acontece, y el drama de la migración se encara en el rostro más vulnerable que alguien podría imaginar, vale la pena repetir una vez más aquello que tanto menciona el papa Francisco cada vez que tiene oportunidad al hacer referencia a estos temas. Es ahí donde retumbar esas cuatro famosas palabras: acoger, proteger, promover e integrar.
Lo que sucede desde hace bastante tiempo en esa zona entre Bolivia y Chile –pero también en otros como en esa zona del Caribe colombiano- con los cruces irregulares y las víctimas es tan solo un eslabón más de la larga cadena dolorosa que experimentan las personas que sueñan con un futuro mejor y que están ávidas de esas cuatro palabras. Hoy, con estos rostros, todo parece más duro.