La pregunta sería "para el Papa y dejaría la respuesta a él. Por mi parte, espero que para el Vaticano la tercera dosis llegue pronto". Así respondió monseñor Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, a las preguntas de los periodistas durante la rueda de prensa de presentación de la Asamblea anual de la Academia, en curso hasta el 29 de septiembre.
"Como subrayó ayer el Papa con autoridad, la salud es global o no lo es", reiteró el arzobispo al presentar la Asamblea sobre el tema: La salud pública en perspectiva global: "No podemos trocear la salud, como tampoco podemos trocear el clima. Si el clima es global, la salud es global”, afirmó.
"La salud pública en perspectiva global". "¿Cómo podemos olvidar el llamamiento del Santo Padre a favor de un sistema de salud pública para todos?", afirmó monseñor Paglia, haciéndose eco de las palabras pronunciadas ayer por el Papa Francisco en la apertura de la sesión plenaria del departamento pontificio: "Hemos olvidado el 'nosotros': el 'nosotros' de la familia humana", el llamamiento a una conciencia social global: "La salud mundial vuelve a plantear la urgencia de un 'nosotros'".
"Si la prioridad de los países occidentales son las vacunas -y de hecho estamos asistiendo al mayor esfuerzo de vacunación jamás realizado en la historia-, no debemos olvidar la necesidad de construir una sanidad equitativa a escala planetaria", afirmó el presidente de la Academia Pontificia para la Vida.
Asimismo, aseguró que "la brecha no sólo en cuanto a las vacunas, sino también en cuanto al acceso a la sanidad pública, debe superarse eliminando los problemas relacionados con la falta de instalaciones y gestionando de forma más inteligente los recursos destinados al tratamiento”.
"Son muchos los que insisten en la necesidad de responder a la crisis actual con medidas que sean útiles también para el futuro del planeta", señaló el prelado, según el cual "la vacunación es fundamental en la perspectiva de la protección global contra el Covid-19, pero la cuestión central se refiere a la posibilidad de superar verdadera y rápidamente las diferencias mediante la aplicación de una política sanitaria global que haga más equitativo el acceso a la asistencia".
"Interrumpir una vida humana -ya sea al principio, durante o al final- es siempre un problema muy grave, y la Academia Pontificia para la Vida quiere librar esta batalla en todos los ámbitos. Nos interesa toda la vida humana, que siempre hay que defender”, sostuvo Paglia, a las preguntas de los periodistas sobre el aborto.
”Hay un problema que el Papa subrayó ayer -continuó Paglia-: esa cultura del descarte que está envolviendo toda la existencia del hombre: el descarte de los que no queremos que nazcan, el descarte de los ancianos -el Papa habló de la eutanasia encubierta- de miles y miles de ancianos abandonados, algunos incluso asesinados. Está el tema de la eutanasia, el despilfarro de los que pesan y no producen, está el descarte de los discapacitados y de los niños. Y luego está la falta de atención a las enfermedades y la angustia de los países más pobres, que no se tienen en cuenta”.
El Papa identificó una de las heridas más graves de la cultura contemporánea: la tendencia a descartar todo lo que no cuenta. Si es económicamente gravoso, la tendencia a descartar es aún más normal. El hábito embota la conciencia y la cultura y conduce a un atraso cultural y existencial, a no hacerse cargo de la vida de cada uno de principio a fin".