Se trata de un singular oratorio situado en el trigésimo tercer piso de uno de los rascacielos que forman parte del skyline de la capital de España.
Durante siete años viví con mi familia en la zona norte de Madrid. En muchas ocasiones debía coger el coche para acceder al centro de la ciudad a realizar alguna gestión administrativa.
Accediendo desde la carretera de Burgos (A-1) o por la carretera de Colmenar hacia el Paseo de la Castellana, no era raro encontrarme metida en un atasco que podía durar perfectamente más de quince minutos.
Y allí, distraída dentro del coche, si elevaba la mirada, descubría a lo lejos una luz verde, parpadeante, en la primera torre del nuevo centro empresarial y financiero de Madrid. Me sorprendió y pensé en preguntar a algún oriundo del lugar.
Cuál fue mi sorpresa cuando, en una cena de amigos, me contaron que allá arriba había un pequeño oratorio, donde se celebra misa todos los días. Lamentablemente, ahora, por protocolo Covid, no pueden acceder personas ajenas a Torre Espacio.
El motivo de una luz parpadeante era que fuera visible a varios kilómetros de distancia. De hecho, ese destello verde alcanza a verse desde los hospitales más cercanos (como el Hospital Universitario La Paz), haciendo compañía a los enfermos y sus familias. También a los conductores que se dirigen a la zona centro a trabajar. Y así, a pesar de estar inmersos en un embotellamiento, la mirada se eleva, se ofrece el día – incluso el atasco- y se continúa con la ajetreada vida.
Y el color verde es porque la idea principal era que fuera de color rojo, sin embargo, AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) lo desestimó por la confusión que pudieran sufrir los pilotos de aeronaves.
La iniciativa de construir una capilla, precisamente en dicho complejo empresarial, surgió en el año 2010 de los propios trabajadores de la torre. Varios de ellos presentaron necesidades comunes e idearon su instalación hasta verla hecha realidad. Para ello acudieron al arzobispado para obtener los permisos necesarios.
Además, la planta en la que está edificada no es casualidad. El número 33 tiene un significado muy profundo para los católicos pues se trata de la edad a la que murió Jesús.
Los horarios de misas son perfectos para los trabajadores pues son todos los días a las 8:30h, excepto los miércoles y los sábados que es a las 14:05h, justo en el parón para comer.
Antes de misa lo habitual es ver a personas con look ejecutivo llegando con prisa y atendiendo la ceremonia, y es justo al terminar que se disponen a la carrera de nuevo para llegar puntuales a sus puestos de trabajo. Corriendo antes y corriendo después. Parece que nada ha cambiado, sin embargo, lo más importante del día ha tenido lugar en apenas veinte pausados minutos de celebración.
Más allá de las razones de instalar un sagrario en las alturas o de querer batir algún récord, el hecho de visualizar un centelleo en medio del camino ayuda a sentirse acompañado.
Imagino a los enfermos en sus camas de hospital, sobre todo aquellos que hayan tenido la gran suerte de que sus ventanas den a Torre Espacio. Esa pequeña luz les ayuda a encontrar el sentido a su enfermedad o convalecencia. Tal vez ayude también a sus familiares. No hay que olvidar que la estancia en la clínica es dura para el convaleciente pero también para su acompañante.
También imagino a los miles de vehículos que se desplazan a primera hora de la mañana a sus puestos de trabajo, a los colegios. Para muchos sólo será eso, una luz verde. Pero para muchos otros significará la presencia real del mismo Jesús, el mismo que caminó por esta tierra no hace mucho tiempo.
Realmente el empuje que tuvieron los trabajadores de Torre Espacio es de admirar. Nos insinúa que siempre que nos encontremos en una situación con necesidades no cubiertas debemos movilizarnos y unirnos a más personas que puedan tener los mismos requerimientos.
Y de esta forma pelearlo hasta el final sin tapujos ni vergüenzas.