El papa Francisco encontró hoy a los miembros de la comunidad judía de Eslovaquia para honrar a las víctimas del Holocausto.
Este lunes, 13 de septiembre, en la tarde, el Pontífice rechazó el antisemitismo y tildó de “locura asesina” lo ocurrido durante la segunda guerra mundial; cuando fueron asesinados más de cien mil judíos eslovacos, incluso con la complicidad del catolicismo local.
“Cuántos opresores han declarado: “Dios está con nosotros”, pero eran ellos los que no estaban con Dios, afirmó el Papa.
Palabras que tienen el contexto de una Eslovaquia que se independizó de Checoslovaquia el 14 de marzo de 1939 y se convirtió en un Estado abanderado del nazismo alemán en el que el político y cura católico Jozef Tiso fue presidente del país.
“Aquí el nombre de Dios fue deshonrado, porque la peor blasfemia que se le puede causar es la de usarlo para los propios fines, más que para respetar y amar a los demás”, dijo el Papa durante la reunión en el monumento al Holocausto, construido en el lugar en el que una sinagoga fue destruida por el régimen comunista en la década de 1960.
“Y si la sinagoga fue demolida en este sitio, la comunidad todavía está presente. Está viva y abierta al diálogo”.
Una visita apostólica que cultiva la memoria para que el mundo no olvide los horrores de las leyes y crímenes raciales durante la Segunda Guerra Mundial en Eslovaquia.
“Aquí, ante la historia del pueblo judío, marcada por este agravio trágico e indescriptible, nos avergonzamos de admitirlo: ¡cuántas veces el nombre inefable del Altísimo ha sido usado para realizar acciones que por su falta de humanidad resultan inenarrables!
“Recuerda”. La memoria no puede y no debe dejar lugar al olvido, porque no habrá un amanecer en que perdure la fraternidad si antes no se han compartido y disipado las oscuridades de la noche. La pregunta del profeta resuena también para nosotros: «Centinela, ¿cuánto queda de la noche?» (Is 21,11)”.
El régimen de Tiso adoptó leyes antisemitas con las cuales se deportó a cerca de 75.000 judíos a los campos de exterminio donde murieron unos 68.000 de ellos. Tiso fue sentenciado y ejecutado en 1947.
El Papa, precisamente, cita el Talmud, “el que destruye un solo hombre destruye el mundo entero, y el que salva un solo hombre salva el mundo entero. Cada uno vale, y vale mucho lo que ustedes hacen por medio de su precioso compartir. Les agradezco las puertas que han abierto de ambas partes”.
En efecto, el Obispo de Roma ya había rememorado el domingo pasado el desafío de cristianos y judíos para frenar juntos el aumento del antisemitismo en Europa.