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“Barbijos Jaira, mira ya tenemos barbijos – ¡Ay Dios mío! gracias a Dios. Que el Señor bendiga a las personas que hicieron posible la llegada de todos estos insumos y medicamentos que tanto necesitamos”
Así expresaron su alegría dos profesionales médicos del hospital Materno Infantil de Guayaramerín. En este caso, un sitio vinculado a una localidad de Bolivia ubicada en el departamento de Beni, frontera con Brasil, a orillas del río Mamoré por la cuenca del Amazonas.
Las palabras de reconocimiento llegan algunos meses después de que la hermana Teresa Ruíz, sierva de María “Ministra de los enfermos”, lanzara el siguiente mensaje reproducido en aquel momento por Iglesia Viva:
“La población de Guayaramerin frontera con Brasil se muere, se muere, porque no son entubados, se muere porque no tienen respirador, se muere porque no hay terapia intensiva, se muere por negligencia de los sectores de salud. Están dejando a la población que se muera. Hoy me tocó a mí, pasar por el dolor de perder una familiar, otro día será a otra persona, a otras familias y así cada día van sumando los decesos”.
Entre los reclamos de la religiosa también surge todo lo referente a la protección que necesitan los médicos, así como el personal ubicado en la primera línea de batalla.
“¿Qué es lo que están esperando? ¿que todos muramos, que todos fallezcamos, eso es lo que quieren? Por favor, Guayaramerín está en momento de emergencia, socorro, estamos a tiempo salvemos vidas, salvemos vidas, salvemos vidas», proseguía la religiosa.
¿La súplica de esta religiosa quedará sin respuesta? Era una pregunta quedaba latente desde aquel momento.
Entre mayo y junio el clamor de la religiosa tuvo eco en la población gracias a la campaña “Nuestras Manos por el Beni”. Se trató de un trabajo coordinado –recuerda una reciente nota de Iglesia Viva- entre el Centro de Promoción del Laicado “Ricardo Bacherer” CEPROLAI, la Pastoral Universitaria de la Arquidiócesis de La Paz, PUNA y la Universidad Católica “San Pablo”, regional La Paz, a través del departamento de Pastoral y los “Cato Voluntarios” .
También hubo respuesta desde La Paz a través del envío de cajas con insumos de bioseguridad como mascarillas, alcohol, ente otros.
De esta manera, gracias a aquel llamado de atención, lo acontecido con esa localidad no quedó indiferente y hoy solo surgen palabras de agradecimiento para con todos los benefactores.