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El Papa Francisco recordó que fue llamado por Dios cuando estaba en edad de jubilación para ser obispo de Roma. Lo dijo para dar esperanza y llamar a la fe a los ancianos y a los adultos mayores, notó la tristeza de muchos de ellos abandonados o golpeados por la soledad durante la pandemia.
Y anunció que nadie se retira de la tarea de anunciar el Evangelio, de transmitir las tradiciones a los nietos y jóvenes. Pero, a estos últimos les llamó para ser instrumentos de amor, caricias, abrazos y atenciones para los adultos mayores.
“¡Que cada abuelo, cada anciano, cada abuela, cada persona mayor —sobre todo los que están más solos— reciba la visita de un ángel!”, expresó el Papa Francisco en un video-mensaje publicado hoy con motivo de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores (25 de julio 2021).
Asimismo, dijo que la pandemia ha sido una “tormenta inesperada y violenta“ que ha golpeado la vida de todos, pero que a nosotros mayores nos ha reservado un trato especial, un trato más duro“.
“Yo estoy contigo todos los días”. Precisamente es este el titulo de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores instituida por el papa Francisco, 84 años.
“Muchos de nosotros se han enfermado, y tantos se han ido o han visto apagarse la vida de sus cónyuges o de sus seres queridos. Muchos, aislados, han sufrido la soledad durante largo tiempo“, afirmó el Papa.
En este contexto, por voluntad y reconocimiento del obispo de Roma, ahora los abuelos y las abuelas del mundo serán recordados por la Iglesia y los fieles este 25 de julio de 2021.
La celebración se realizará cada año, instituida para su festejo el cuarto domingo de julio.
“El Señor conoce cada uno de nuestros sufrimientos de este tiempo. Está al lado de los que tienen la dolorosa experiencia de ser dejados a un lado. Nuestra soledad —agravada por la pandemia— no le es indiferente“, añadió.
El Papa recordó a san Joaquín, el abuelo de Jesús, quien fue apartado de su comunidad porque no tenía hijos. “Su vida —como la de su esposa Ana— fue considerada inútil. Pero el Señor le envió un ángel para consolarlo“.
Así, instó a que las personas sean ángeles presentes en las vidas de las personas ancianas y mayores. “El Señor sigue enviando ángeles para consolar nuestra soledad y repetirnos: “Yo estoy contigo todos los días”.
Estos ángeles mandados por Dios pueden a veces tener “el rostro de nuestros nietos, otras veces el rostro de familiares, de amigos de toda la vida o de personas que hemos conocido durante este momento difícil“.
“En este tiempo hemos aprendido a comprender lo importante que son los abrazos y las visitas para cada uno de nosotros, ¡y cómo me entristece que en algunos lugares esto todavía no sea posible”.
Por eso, invitó para que cada abuelo, cada persona mayor —sobre todo los que están más solos— reciba la visita de un ángel.
En su mensaje, en el que se consideró parte de la categoría de las personas mayores necesitadas, el Papa afirmó que sin embargo, “el Señor también nos envía sus mensajeros a través de la Palabra de Dios, que nunca deja que falte en nuestras vidas”.
Afirmó que leer una página del Evangelio cada día, rezar con los Salmos, leer a los Profetas hace bien a los adultos mayores y es una bendición que se multiplica en la familia.
“Yo mismo puedo testimoniar que recibí la llamada a ser Obispo de Roma cuando había llegado, por así decirlo, a la edad de la jubilación, y ya me imaginaba que no podría hacer mucho más.
El Señor está siempre cerca de nosotros — siempre— con nuevas invitaciones, con nuevas palabras, con su consuelo, pero siempre está cerca de nosotros. Ustedes saben que el Señor es eterno y que nunca se jubila. Nunca”, sostuvo.
Llamó a las adultos mayores a “custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar de los pequeños. No lo olviden”.
El Papa explicó que nadie se retira de la tarea de anunciar el Evangelio, de la tarea de transmitir las tradiciones a los nietos. “Es necesario ponerse en marcha y, sobre todo, salir de uno mismo para emprender algo nuevo”.
“No importa la edad que tengas, si sigues trabajando o no, si estás solo o tienes una familia, si te convertiste en abuela o abuelo de joven o de mayor, si sigues siendo independiente o necesitas ayuda, porque no hay edad en la que puedas retirarte de la tarea de anunciar el Evangelio”.
El Papa reiteró que el Espíritu Santo no nos abandona ni siquiera en la hora del crepúsculo de los años: “Como he repetido en varias ocasiones, de la crisis en la que se encuentra el mundo no saldremos iguales, saldremos mejores o peores”.
Al respecto afirmó: «ojalá no se trate de otro episodio severo de la historia del que no hayamos sido capaces de aprender —¡nosotros somos duros de mollera!— Ojalá […] tanto dolor no sea inútil, que demos un salto hacia una forma nueva de vida y descubramos…que nos necesitamos los unos a los otros. Nadie se salva solo”.
Entretanto, recordó una frase de Benedicto XVI, a quien llama el ‘abuelo sabio’ y llamó “santo anciano que continúa rezando y trabajando por la Iglesia": "La oración de los ancianos puede proteger al mundo, ayudándole tal vez de manera más incisiva que la solicitud de muchos”.
Cabe destacar que la Penitenciaría Apostólica anunció también un decreto por el que el Papa Francisco concede indulgencia plenaria a los participantes en la Jornada Mundial de los Abuelos y Abuelas, tanto en la celebración en la basílica de San Pedro del Vaticano y en los diversos actos que se realizarán en todo el mundo.
Asimismo, la otorga a los fieles que visiten ese día "real o virtualmente a sus hermanos mayores necesitados o en dificultad" y a aquellos adultos mayores enfermos y que no pueden salir de casa por un motivo grave de salud.