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Cuando un antiguo reloj de sol te recuerda tu fe

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Claudio de Castro - publicado el 15/04/21
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“Yo con sol y tú con fe valemos mucho”

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Mi cuñada Alma que vive en España salió a caminar, de excursión, con su esposo Juan Carlos y en el camino se toparon con una antigua ermita. Tomaron algunas fotos y me las enviaron.

“Seguro te va a gustar el mensaje grabado en el reloj sobre la pared de la ermita”. Amplié la foto y leí:

La verdad es que me encantó y me dio motivos para pensar un buen rato y reflexionar sobre nuestra fe y lo que creemos y repetimos al rezar el CREDO.

He recordado la ocasión en que un sacerdote amigo me preguntó por mis libros:

“¿Cómo va tu apostolado, Claudio?”

Su pregunta me estremeció. En esos segundo reflexioné sobre mi vida y lo que hacía con ella, lo poco que realmente confiaba en la Providencia Divina, lo poco que amaba, y sobre mi pobre fe.

Fueron apenas unos segundos, pero se hicieron eternos y me pareció que estuve una hora pensando en ello y en mi respuesta.

Lo miré agradecido y respondí:

“¡Ánimo!”, me respondió. Y señaló al oratorio donde estaba el sagrario con Jesús Sacramentado. “Pídele que te aumente la fe y seguro lo hará”.

A menudo le digo a Jesús como los apóstoles le dijeron en cierta ocasión, maravillados:

Cuántas cosas podríamos hacer con la fe...

La Biblia nos  narra un momento imperdible en que los apóstoles se acercan a Jesús y le preguntan por qué ellos no pudieron echar fuera el demonio de un poseído.

La respuesta de Jesús trasciende el tiempo y nos muestra lo que seríamos capaces de lograr con un poco de fe.

Ahora lo sabes: con un poquito de fe, si tuvieras esa fe, “nada sería imposible para ti”.

Y si aún lo dudas, Jesús te lo vuelve a decir. No son palabras sin sentido, es así:

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