Ocurrió en Camagüey. , una ciudad situada en el centro-este de Cuba, por cierto, la más fecunda históricamente en producción de vocaciones religiosas. Un lugar que ha inspirado a los artistas de todos los tiempos por su belleza natural, consistente en llanuras que quitan el aliento.
La situación política y social que se vive hoy no hace honor a su tradición desbordada de aportes a la cultura local, nacional y universal. Ahora, las cosas no pintan tan bien y ha sido escenario de una de las arbitrariedades más sonadas de las últimas semanas.
Bárbaro de Céspedes Hernández, conocido como “El patriota de Camagüey”, quizá por su apellido igual al del famoso prócer independentista Carlos Manuel de Céspedes. He aquí el cubano que el pasado 2 de abril, Viernes Santo, realizó una peregrinación portando una cruz de madera hacia la Iglesia La Merced de Camagüey.
Fue su madre denunció ante el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) que había sido detenido.
De Céspedes avanzaba en su ruta con una cruz al hombro. En medio de aquél calor tropical, bajó un poco su mascarilla para respirar mejor, lo cual se le dificultaba bajo el peso del madero. Iba en procesión en solitario, al aire libre. Desde su detención, se ha conocido que será sometido a juicio en los próximos días.
“El gobierno cubano pretende condenarlo por supuestos motivos sanitarios, pero la verdadera razón son las frases prodemocracia que portaba la cruz”, declaró Alejandro González Raga, director ejecutivo del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH). La cruz tenía inscritas frases patrióticas y llevaba dibujada en el cuerpo la bandera cubana.
En enero pasado –relata 14yMedio- la policía detuvo a De Céspedes en medio de una multitud cuando repartía octavillas en el centro histórico de la ciudad de Camagüey con textos de José Martí impresos. Logró, en esa oportunidad, entregar decenas de volantes a los transeúntes y cantó el himno nacional. En varias oportunidades también gritó: "Viva Cuba libre".
La situación de los derechos humanos en la isla recrudece. Cerca de 50 personas se mantienen en huelga de hambre en protesta por la represión, al tiempo que aumenta la temperatura del conflicto político alentado por el Movimiento San Isidro y sus muchos seguidores, dentro y fuera de la isla.
Monseñor Dionisio García, arzobispo de Santiago de Cuba, se presentó en la sede nacional de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) para interesarse por la salud de los huelguistas. Fue el propio José Daniel Ferrer, líder de la protesta, quien confirmó el hecho a través de su cuenta de Twitter.
El obispo acudió a interesarse por la salud de los manifestantes, quienes tomaron la decisión extrema debido al asedio constante a su sede, lo que impide a los activistas cocinar los alimentos que entregan de forma gratuita al pueblo santiaguero. Esta situación, unida a la represión sufrida por los opositores ha llevado a que un grupo de ciudadanos comenzaran esta huelga de hambre.
La Unpacu destacó una disminución del operativo policial alrededor de su sede, al parecer motivada por la llegada del religioso. Creyeron que bajaban la guardia, "pero resulta – comentó Ferrer- que se habían escondido porque venía el arzobispo Dionisio García a interesarse por nuestra salud". Vale decir que llevan 25 días de cerco policial y 20 sin ingerir alimentos.
Julie Chung, subsecretaria interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, también usó su perfil en las redes para pronunciarse sobre la situación: “Estamos alarmados por el empeoramiento de la situación en Santiago de Cuba y profundamente preocupados por la salud de los involucrados”; y agregó: “instamos al gobierno cubano a tomar medidas para desescalar la situación y respetar los derechos de expresión y reunión”.
Las detenciones de periodistas independientes –a quienes arrestan en plena calle- y activistas continúan sin parar. También los actos de repudio contra disidentes y los cercos domiciliarios entre los cuales se cuenta el que denunció hace horas un científico cubano. En este caso, quien grabó un video que publicó en sus redes sociales en el que se observa a un mayor, el represor que se encarga de vigilarlo afuera de su vivienda.
Se ha dado el caso, como el ocurrido hace un par de días, de agresiones contra niños de apenas 10 años, hijos de periodistas independientes cubanos, fueron víctimas de violencia verbal y física por simpatizantes del gobierno de la isla.
La represión en Cuba “no puede normalizarse ante la opinión pública mundial” es el llamado de siete organizaciones de derechos humanos las cuales, en declaración conjunta, exigieron al régimen de la Isla frenar la represión, las detenciones arbitrarias y las continuas violaciones de derechos contra activistas y opositores.
El Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), la alianza global CIVICUS, Civil Rights Defenders, Freedom House, People in Need, Race and Equality y Robert F. Kennedy Human Right señalaron que la comunidad internacional debe exigir responsabilidad al castrismo por sus acciones y frenar de inmediato las detenciones arbitrarias ilegales de corta duración, los arrestos domiciliarios, el exilio forzado y las campañas de difamación contra voces disidentes.
El comunicado pide además “el cese las golpizas contra integrantes del Movimiento San Isidro y las aprehensiones de corta duración ejecutadas por agentes vestidos de civil contra estos y otros artistas, periodistas y disidentes”, según reportan.
La situación parece estar quedando fuera de control en Cuba. Los integrantes del Movimiento San Isidro proclaman que la libertad está cerca y la represión se percibe como los palos de ciego ante el crecimiento del descontento y la protesta activa.
Mientras tanto, la biología hace su trabajo y todo indica que Raúl Castro, el máximo jerarca en Cuba –quien llevaría cinco años preparando su retirada- ya piensa en su testamento político. Ya lo había anunciado durante el pasado Séptimo Congreso del Partido Comunista Cubano cuando dijo que sería "el último donde estaría presente la generación histórica". Resulta que la próxima semana se reúnen de nuevo, en el Octavo Congreso, cuando ya estará tocando las puertas de los 90 años de edad. Los analistas especulan si se valdrá de ese escenario para disparar su “silver bullet” (bala de plata).
Reinaldo Escobar, periodista, se pregunta desde La Habana: "¿Actuará como líder o como hermano de su antecesor, como estadista o como parte de una familia? Sólo él lo sabe". Y cierra su reflexión: “El mutismo en que se ha encerrado desde la última vez que escuchamos su voz presagia la continuidad de su silencio. La ausencia de un testamento político para despejar el camino hacia los cambios reclamados tiene una enorme ventaja: no habrá que agradecérselo”.