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¿Qué valoración merecen las encuestas sobre eutanasia?

EUTHANASIA
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Miguel Pastorino - publicado el 25/03/21
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Uno de los temas más recurrentes en los debates de diversos países en torno a la eutanasia, son las encuestas, que en general muestran un mayoritario apoyo a legalizarla. ¿Son reales?

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En los medios de comunicación y en ámbitos políticos la sacralidad que tienen los números no siempre permite hacer una adecuada valoración crítica que permita una mirada más profunda a lo que está en juego. 

Para ello entrevistamos a la Dra. Sofía Maruri Armand-Ugón, abogada y profesora de Derechos Humanos en la Universidad de Montevideo. Actualmente se encuentra realizando un Máster en Derecho Internacional de los Derechos Humanos en la Universidad de Oxford y asesora a algunos legisladores uruguayos en temas vinculados a los derechos humanos y en este último tiempo, particularmente sobre el debate a propósito de la eutanasia. 

SOFIA MARURI ARMAND UGON

¿Cuáles son los principales problemas que tenemos para interpretar la opinión pública a propósito de estos temas? 

Uno de los aspectos más importantes de las encuestas en general es la comprensión completa de aquello que se cuestiona. Cuando las preguntas contienen terminología específica de algún campo de conocimiento, sucede que, quienes son ajenos a ella, comprenden poco su significado, y eso hace que la respuesta dada resulte cuestionable.

La mayoría de las encuestas relativas al final de la vida plantean la siguiente pregunta “ante el padecimiento de una enfermedad terminal o sufrimiento insoportable ¿pediría eutanasia, sí o no?”. La realidad es que nunca nadie va a optar por sufrir. Si la eutanasia es la única alternativa a “dejar de sufrir”, la gente va a elegir eso. No es que la persona desee directamente terminar con su vida, sino que lo que quiere es terminar de sentir dolor.

Por otra parte, hay una falta de conocimiento por parte de la población de lo que son los cuidados paliativos y el alcance que tienen. Pocas veces aparecen como opción en las encuestas y cuando aparecen, las personas no suelen conocer en profundidad su funcionamiento y sus efectos, que según expertos pueden aliviar hasta el 99% del sufrimiento y el dolor.

Además, ¿qué significa eutanasia? Hay quienes confunden eutanasia con suicidio asistido. Incluso quienes la equiparan con la sedación paliativa, cuando no son lo mismo. La eutanasia es delito en casi todos los países y va en contra de la ética médica. La sedación paliativa no. La eutanasia provoca la muerte, eliminando la vida. La sedación paliativa elimina el dolor, pero no mata a la persona (lo que la mata es la enfermedad).

Otro punto a considerar es que la mayoría de las encuestas se realizan a personas que están sanas y se encuentran lejos de padecer una enfermedad terminal o sufrimiento insoportable. Incluso, hay encuestas que muestran que existe una tendencia general a disminuir la aprobación de la eutanasia a medida que aumenta la edad, quizás cuando la persona comienza a percibir que una enfermedad o la misma vejez le tocan la puerta.

¿Hay evidencia que pueda mostrar este “confusionismo” que existe en la gente respecto a los temas relativos al final de la vida?

En una encuesta realizada por la Universidad Panamericana de México, un 83 % de los encuestados desconocieron y confundieron la mayoría de los términos relacionados con el final de la vida: eutanasia, cuidados paliativos, obstinación terapéutica. Esto demuestra la falta de información en la población y la urgencia de cubrir ese vacío conceptual, a fin de promover decisiones informadas en la población general.

Además, hay evidencia que muestra que cuanto más se trata el tema en los medios de comunicación y más se informa a la población, más indecisa se muestra la gente a manifestarse a favor de la eutanasia. Un claro ejemplo de esto es Portugal. Una encuesta publicada en Expresso en 2016 indicó que el 67,4% de los portugueses quería poder adelantar su muerte por medio de la eutanasia. Unos años más tarde, en febrero de 2020, Expresso volvió a publicar otra encuesta que reveló que el número de personas a favor de la eutanasia había bajado significativamente a 43%. Puede verse cómo, en pocos años, un 24% de la población cambió de parecer al informarse más.

En Uruguay, una encuesta de Equipos Consultores realizada el junio de 2020 manifestó que el 82% de la población estaba a favor de la eutanasia. Otra encuesta, publicada en febrero de 2021, demostró que el porcentaje de la población que adhiere a la eutanasia disminuyó, llegando a un 78%. 

¿Qué términos suelen ser lo que más se confunden?

Respecto a la comprensión de términos relativos al final de la vida, según la encuesta de la Universidad Panamericana, el menos conocido fue “obstinación terapéutica” (63% de los encuestados no sabía lo que era). 

Este es un dato interesante porque hay quienes entienden que, quienes están en contra de la eutanasia es porque están a favor de la obstinación terapéutica, y eso no es así. 

¿Alguna historia interesante que refleje la importancia del acceso a la información?

Hace poco escuché la historia de Colin Campell, un escocés diagnosticado con esclerosis múltiple en 1995. A medida que su enfermedad fue progresando, dejó de poder valerse por sí mismo.

Como el suicidio asistido no es legal en su país, decidió contactarse con una clínica en Suiza que le iba a proporcionar el suicidio asistido (Suiza legalizó el suicidio asistido en 1942 y es conocido por abrir sus fronteras a extranjeros para “el turismo de la muerte”). Programó un viaje para morir en julio de 2017.

Unos meses antes de la fecha, fue a un programa de televisión en donde se iba a discutir la legalización del suicidio, contó su testimonio y dijo que viajaría a Suiza a pedir el suicidio asistido. 

Rona Tynan, escocesa y con esclerosis, vio el programa y pensó: “¿será que este hombre tomó esa decisión porque no ha tenido la información, la ayuda o los medios apropiados?”. Se contactó con él y le contó su experiencia con la enfermedad: médicos, tratamientos, consejos. Le consiguió una silla motorizada que le permitiría poder moverse. 

Él cambió de parecer, canceló su viaje a Suiza y le dio una nueva oportunidad a su vida. Hoy continúa su vida y está feliz.

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